Dª Inés Roja, usted no puede ser nuestra “consejera”> Enrique Mateu

Dª Inés Rojas, consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, afirma, según Canarias 7, que «el talento y la creatividad no dependen de las subvenciones». La afirmación podría haber sido afortunada si la hubiera rematado diciendo «pero el patrocinio y la inversión sí que es fundamental para el desarrollo del talento y la creatividad como lo ha demostrado la historia del arte durante siglos». O también hubiera acertado si seguidamente hubiera puntualizado «pero los Gobiernos tienen la obligación de invertir y proteger la diversidad cultural, sus señas de identidad así como el talento potenciándolo y facilitando su proliferación para evitar su merma, fuga o su desaparición tal y como recomienda la UNESCO así como multitud de organismos internacionales especializados en el tema».
Pero no. No dijo nada parecido para mi asombro y el de mis compañeros de profesión. Lo que dijo para rematar la frase fue que «la cultura debe de ser capaz de sostenerse sin las ayudas públicas».

Dª Inés Rojas defiende, y cree a pies juntillas, que la cultura en Canarias puede y debe ser una industria independiente. Autosuficiente. Que obedezca a la ley del libre mercado.

¿Por qué mi consejera habría dicho algo así? Cabían varias posibilidades.

¿Será que nuestra consejera confunde cultura con ocio? Porque hasta donde se sabe cada vez que la cultura se ha dejado de la mano del libre mercado, de la industria pura y dura, aquella desaparece proliferando el ocio tirando a lo chabacano y cutre. Porque las empresas suficiente problema tienen en cerrar el año con beneficios como para encima estar haciendo el trabajo que le corresponde a las administraciones; cultivar a su pueblo ¿Hace falta que ponga el ejemplo de la cuota de cultura que hay en las televisiones privadas? ¿Y en las radios privadas? ¿Y en salas privadas así como en las grandes multinacionales? ¿Acaso en todas estas no han desaparecido las actividades culturales para llenarse las parrillas y programaciones de ocio ramplón de masas en busca de ganar más y más dinero a cualquier precio atocinando al personal? No, esto no será.

¿Será que nuestra consejera confunde Canarias con Berlín? Porque en un territorio ultraperiférico como el nuestro, encima fraccionado y con una masa crítica tan baja para la amortización de los contenidos culturales… ¿Como cuadramos el círculo sin inversión pública? O hacemos eventos con la “princesa del pueblo” a precios populares para que se llenen los espacios, o hacemos Don Giovanni a mil euros la entrada para millonarios y que así salgan los números. Pero además en Alemania la inversión de la administración en cultura es más del triple que aquí. No, esto tampoco será.

¿Será que nuestra consejera confunde que cuando se nos contrata a los creadores canarios para hacer lo que al menos en mi caso me ha exigido una carrera de diez durísimos años de estudio, hasta poder obtener mi titulación profesional, lo que cobro es un sueldo y no una subvención? No, no lo creo.

¿Será que la consejera no es consciente de que cuando invierte la administración en una actividad cultural no solo ayuda a pagar los sueldos de la inmensa cantidad de elementos que conforman la cadena de valor directa de la cultura (creadores, arreglistas, productores, coreógrafos, intérpretes, diseñadores, pormotores, representantes, agentes de zona, ingenieros, técnicos, estudios de grabación, asistentes, regidores, tramoyistas, maquilladores, peluqueros, vestuario, empresas de sonido, de luces, transportistas, discográficas, puntos de venta, etc) si no también a los indirectos (agencias de viaje, agencias de publicidad, medios de comunicación, líneas aéreas, hoteles, restaurantes, taxistas, etc) y al pueblo en general ya que también permite una considerable reducción del costo del precio de la entrada facilitando así el acceso del contribuyente a actividades culturales en pluralidad y diversidad. No, tampoco será por esto.

¿Será que nuestra consejera pretende, como a muchos gusta aquí, que los artistas canarios hagamos nuestro trabajo gratis mientras que nuestros gestores de la administración cobran unos magníficos sueldos? Que por cierto no se han rebajado que yo sepa. Seguro que tampoco es por esto.

¿Será porque quiere jubilarse? Por que ¿para que necesitamos consejera y doscientos cargos más pagados con dinero público, que necesitan coches oficiales, alquilar oficinas, gastar electricidad, ordenadores, consumibles y demás si, total, no hace falta para nada ya que podemos dejar la cultura en manos del libre mercado? No tiene ninguna lógica semejante gasto para nada. ¿O es que lo que quieren es trabajar para decirnos que arte podemos hacer y cual no, como en la Rusia estalinista, en vez de ayudar y garantizar que el talento crezca de forma libre y garantizar también el acceso del pueblo a la diversidad cultural?. No, no, no, por esto tampoco será.

¿Será para también ahorrarse perras en educación? Por que ¿que lógica tiene gastar dinero en que nuestros jóvenes estudien músicas cultas, por ejemplo, si realmente vamos a cargarnos lo culto en bien del ocio y la diversión facilona? No les serviría de nada ya que no encontrarían trabajo. No, no puede ser.

Entonces ¿por qué será?

Lo peor de todo es que encima todo este lío es por 38 millones de euros para Cultura, Deportes y Patrimonio. Se gastan 67 en autofinanciarse los partidos, o solo Dios sabe cuantos millones en boato, comidas y cenas, pero en que seamos un pueblo culto, deportista y con patrimonio histórico no pueden invertir 38 millones d elos casi 7.000 millones de presupeusto, que encima por cada euro invertido de ese dinero en cultura generamos 12 euros. ¿Pensará de verdad que se le desbarata todo el presupuesto? ¿Tendrá miedo a que salgamos ganando dinero y encima tengamos un pueblo más culto, más sano y con cosas interesantes que enseñar a nuestros turistas?

Parece que le da lo mismo que ya nos hayan dado un hachazo del 38% en estos últimos años a pesar de haberse comprometido a llegar al 2% de inversión. Nos van a dejar en el 0,35%. Parece que le da lo mismo que ninguna otra autonomía haga nada igual. Da lo mismo que hasta hace unos días nos enfadábamos ante “la injusticia” de que le dieran la capitalidad cultural a San Sebastián en vez de a nosotros que «tanto hacemos por nuestros creadores» quitándoles materias educativas de sus escuelas (como han hecho en los conservatorios eliminando musicología, dirección coral, composición, acordeón, clave, órgano y arpa) y rebajando además un 65% la inversión a proyectos culturales. ¡Esto sí es un ejemplo de capitalidad cultural!

Dª Inés Roja, yo creo que lo que realmente ha pasado es que se debe al partido y si los pactos o sus superiores le obligan a bailar sardanas las bailará. Pero de lejos notaremos que no tiene ni idea ni de bailar ni de sardanas.

Dª Inés Roja, usted no puede ser nuestra “consejera” por razones obvias.