EFE | MADRID
El PSOE ha cerrado el 20N la página electoral más triste de su historia reciente y ha abierto las puertas a la incertidumbre sobre su liderazgo, con un candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, que quiere un congreso federal ya para iniciar la recuperación, y un presidente del Gobierno en retirada.
La derrota se daba por hecha en el PSOE desde hace tiempo, según fuentes de su comité electoral, pero no se esperaban un varapalo de tal naturaleza, con su peor resultado en la historia democrática.
Rubalcaba, desautorizado en las urnas, no ha despejado hoy la incógnita sobre si piensa liderar la oposición y optar a la SecretarÃa General que dejará José Luis RodrÃguez Zapatero en el próximo congreso.
En una comparecencia sin preguntas, ante unos 500 militantes y simpatizantes reunidos en la sala “Ramón Rubial” de la sede socialista, Rubalcaba sà ha dejado claro que ha trasladado a Zapatero su convicción de que el congreso federal debe ser “lo antes posible”, dentro de los plazos que marcan los estatutos.
Zapatero podrÃa canalizar esta petición mañana mismo, en la reunión de la Ejecutiva Federal, de tal manera que podrÃa convocarse un comité federal para el próximo sábado, a fin de abrir el proceso.
De este modo, el congreso ordinario tendrÃa que celebrarse en sesenta dÃas, a finales de enero o principios de febrero.
Aunque Rubalcaba no ha dicho nada esta noche sobre si piensa asumir el liderazgo del grupo parlamentario y del partido, en el PSOE no faltan las voces que hablan de una regeneración y, sobre todo, de dar paso a una nueva generación socialista, siempre y cuando la vieja guardia acepte pasar a un segundo plano.
Rubalcaba dijo desde el primer momento que su proyecto era para cuatro años y por ello se esforzó en girar a la izquierda en el programa electoral y en retomar muchas propuestas de marcado carácter socialdemócrata.
Fuentes del PSOE consultadas por Efe han señalado que el candidato tomará una decisión sobre su futuro polÃtico en las próximas horas, convencido de que, con él o sin él, los socialistas cuentan con un buen proyecto polÃtico para sortear esta travesÃa del desierto.
De sus palabras de hoy sà ha quedado claro que los socialistas tienen que ponerse a trabajar cuanto antes para recuperar la mayorÃa polÃtica y social de la que han gozado en el pasado.
“El PSOE -ha subrayado Rubalcaba en su alocución- tiene un profundo arraigo en la sociedad española, una gran solidez institucional y una vocación permanente de representar a la mayorÃa”.
“Con ese bagaje -ha garantizado- hoy afrontamos esta etapa de nuestra historia e iniciamos el camino para recuperar la mayorÃa polÃtica y social”.
La crisis, interpretan en el PSOE, se ha llevado por delante a la mayor parte de los partidos en el gobierno en toda Europa y el socialista no ha sido una excepción; no le ha servido de nada cambiar de cartel electoral, y parece que tampoco ha tenido el menor impacto en su potencial electorado el anuncio de ETA de abandonar definitivamente la violencia.
Los 110 escaños conseguidos en las elecciones de hoy -con el 98,6 por ciento de los votos escrutados- son la cifra más baja de toda la etapa democrática y no dan precisamente legitimidad a Rubalcaba para competir por la SecretarÃa General del PSOE.
Nadie podrá reprocharle, sin embargo, no haber hecho todo lo que estaba en su mano para dar la vuelta a unas encuestas que ya le eran adversas desde hacÃa meses y que la crisis de la deuda soberana no ha hecho más que acentuar.
Rubalcaba, de hecho, se ha dejado la piel en la campaña, que empezó con un ritmo suave, para tener tiempo de preparar el “cara a cara” con Rajoy del dÃa 7, pero que se ha intensificado después, hasta el punto de que algunos dÃas ha tenido hasta seis y siete actos electorales.
Pero nada ha servido para movilizar a esos millones de indecisos a los que se ha dirigido desde el primer momento y finalmente no ha podido evitar “el poder absoluto” del PP, del que venÃa alertando en los últimos mÃtines.
El mensaje del miedo a la derecha, con los recortes que se avecinaban si ganaba Rajoy, que ha sido el eje de su campaña, no parece haber calado entre el electorado, ni tampoco el haber tirado de viejas glorias, como el ex presidente Felipe González. La derrota ha sido aplastante.
Su hipotética rival por el liderazgo del PSOE, la “número uno” por Barcelona, Carme Chacón, podrá presentarle batalla con la legitimidad que le otorga haber sido una de los dos vencedores socialistas de la noche, junto con Alfonso Guerra, en Sevilla.
Queda por saber si todavÃa le quedan fuerzas a Rubalcaba para una batalla más, en este caso más cruenta por tratarse de un combate cainita, con sus propios compañeros de partido, para hacerse con las riendas del PSOE.
Lo que opine el presidente andaluz, José Antonio Griñán, se antoja determinante dadas las circunstancias, porque es uno de los dos únicos feudos que conserva el PSOE -junto con PaÃs Vasco- y tiene que celebrar elecciones autonómicas en cuatro meses.
A Griñán no le interesa un partido inmerso en luchas internas cuando llegue el momento de ir a las urnas en AndalucÃa y, por ello, hará todo lo posible para adelantar la fecha del congreso federal.
En el plano parlamentario, Rubalcaba ha prometido que el PSOE estará a la altura de la confianza recibida y que liderará la oposición de acuerdo con su identidad polÃtica, sus valores y sus convicciones.
Según ha subrayado, los socialistas van a trabajar con todas sus fuerzas para conseguir la recuperación de la economÃa y el empleo y no van a permitir que se utilice la excusa de la crisis para recortar derechos.
AsÃ, defenderán con uñas y dientes los servicios públicos como la sanidad y la educación, la igualdad y todos los derechos civiles y las libertades