
NICOLÁS DORTA | Granadilla
Los barcos que están varados en la plaza anexa a Playa Chica, en El Médano, deberán ser retirados en un periodo de tres meses como máximo, pues el Ayuntamiento de Granadilla prevé hacer allí un solarium. Se trata de 17 embarcaciones de pesca que permanecen, muchas de ellas, hace años inutilizadas. A otras como las chalanas (pequeños barcos de un metro que sirven para acceder al barco más grande) se les buscará salida en el muelle a través de una grúa.
Esta medida responde a “una demanda vecinal”, dijo ayer el concejal de Medio Ambiente, Jacob Donate, para reutilizar esta terraza litoral, hasta el momento ocupada por los barcos. Donate se ha reunido con algunos de los pescadores afectados y, según afirma, están de acuerdo con que se lleven a cabo las medidas precisas que permitan despejar la zona de aquellas embarcaciones inutilizadas. “Yo creo que el proyecto es beneficioso para todos, pues permitirá a los vecinos disfrutar de Playa Chica y su entorno. Los pescadores tienen una salida a sus chalanas con la grúa”, dijo.
Barcos para reparar
Lo que genera más diferencias son los barcos con sus licencias en regla y que ocasionalmente se varan para repararlos. “Estamos hablando como si tuviésemos un coche, hay que buscarle salida, pero allí es complicado que se queden salvo cuando la mar esté mala y en ocasiones puntuales”, explicó el responsable de Medio Ambiente, quien aconseja a los dueños de esos barcos que busquen otros lugares y niega que se hayan producido denuncias de particulares, sino “quejas” por la basura acumulada en la plaza, algo que la mayoría de los pescadores comparten.
“No hay donde dejarlos”
Diego Hernández, Manuel Díaz y Juan Carlos Moreno son pescadores. Este jueves por la mañana estaban en Playa Chica para mostrar su preocupación por el futuro de sus barcos. Dicen que nadie está en contra de que limpien la zona y se lleven aquellos que no están operativos y sin permisos, pero “los que están hace más de diez años, pagando sus licencias que los dejen”, comentaban.
A su juicio, se sienten discriminados, pues “primero los varábamos en la playa cercana, luego aquí y ahora no tenemos sitio donde hacerlo”, añadieron. A Manuel Díaz, pescador “de toda la vida”, si le quitan su barco de allí no tiene donde dejarlo. Lo mismo ocurre con su chalana. “Yo tengo el barco en regla, no creo que moleste a nadie por tenerlo aquí mientras se repara”. “Está bien que arreglen esta playa pero que nos dejen un espacio”, concluye.