SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

En apenas siete años, India Martínez (Córdoba, 1985) ha logrado ganarse un espacio en el panorama de la música nacional. Este jueves Cadena Dial trae a esta artista a La Laguna, al Teatro Leal, para un concierto que comienza a las 21.00 horas y donde ya se han agotado las invitaciones. Allí presenta su tercer trabajo de estudio, Trece verdades, un disco que se impregna de mestizaje, donde la música de la niñez, el flamenco, se abraza con ritmos árabes, hindúes y hasta rumanos. Y es que en India Martínez, en su voz y sus melodías, se plasma aquello de que la música no entiende de fronteras. Los afortunados que la escucharán en su primera actuación en Tenerife, se darán perfecta cuenta de todo esto, llevados por ritmos que tocan la poesía.
-En Trece verdades, su tercer disco, usted revela plenamente su afinidad por el mestizaje, por las músicas de aquí y de allá. Sin olvidar sus orígenes flamencos, ¿cuáles son las músicas por las que más se siente atraída India Martínez?
“Pues sí, el flamenco ocupa un lugar muy importante, porque ahí está mi hogar, mi raíz. Lo que ocurre es que después también siento la cercanía, la influencia, de músicas como la árabe, la hindú o la rumana. Y aunque no descarto otras muchas, que escucho cada día, ésas son las que se reflejan en la música que hago y en este disco”.
-Pese a su juventud posee ya una carrera consolidada. ¿En qué ha cambiado la artista que se dio a conocer al gran público en 2004 con Azulejos de lunares?
“En cada álbum que he hecho me he implicado más, en las letras, en las melodías, en el camino que, en definitiva, he querido marcarme. Y en Trece verdades se nota mucho eso que quizás podemos llamar madurez, que viene a ser algo así como el tener las cosas un poco más claras. Este disco no deja de ser un paso más en mi carrera y yo intento aprender cada día”.
-Precisamente, con el tiempo ha ido asumiendo más protagonismo en la gestación de los temas que lleva al escenario. ¿Qué disfruta más, trabajar una idea en el estudio o presentarla ante el público?
“Ambas cosas son importantes. Mi aportación para que elaborar el disco, aunque mi protagonismo sea más o menos grande, porque sigo contando con autores, productores y arreglistas de muchísima talla, como Ricky Ribera o David Santisteban, es un proceso muy bonito. Y sobre todo disfrutamos de esa labor en equipo, me encanta todos esos días en que nos encerramos a inventarnos historias, melodías. Pero también estás deseando que llegue ese día de poder cantar el fruto de ese trabajo sobre un escenario, en una radio, en una tele. Es un momento mágico cuando presentas tu música ante la gente y la gente la siente”.
-Los conciertos son hoy, más aún si cabe, imprescindibles para un artista. ¿Lleva bien esto de estar tanto tiempo alejada de su gente?
“Es algo que va unido a la profesión y tenemos que asumirlo de esa manera, como un aspecto más de la actividad a la que has decidido dedicar tu vida. Es cierto que algunas veces te cuesta más, porque te acuerdas de los tuyos. En mi caso, mis hermanas también viven fuera y las veo muy poco. Así que las pocas fechas que tenemos libres las aprovechamos para reunirnos y pasarlo bien juntos. Aunque, por suerte, tenemos el calor del público para seguir adelante, para vivir esos días en los que te sientes sola”.
– ¿Qué sueños musicales, qué cosas aún no llevadas a cabo le gustaría cumplir algún día?
“Hay muchos grandes escenarios, de muchos países, donde me gustaría cantar. Por ejemplo, quisiera actuar en El Cairo y en Nueva York. Ya estuve en EE.UU., en Las Vegas con motivo de las dos nominaciones a los Grammy Latinos que tuvimos con el disco Despertar (mejor nuevo artista y mejor ingeniería de grabación) pero nunca he cantado allí”.