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Las claves de ‘Bejeque’

DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

Su afición por las llaves la comenzó de la mano de su padre. / ACFI PRESS

Escritor, poeta del pueblo, hombre de la cultura, cronista y crítico del acontecer diario de la ciudad. Atributos todos ellos que definen a Manuel González Plata Bejeque, pero que perderían buena parte de su sentido si no lo acompañara la calidad humana que le caracteriza. Porque González Plata es, ante todo, una buena persona. Generoso, sencillo y cercano, Bejeque tiene también la virtud de no esconderse y defender sin pelos en la lengua aquello que considera justo.

Su voz no ha dejado de sonar desde distintas tribunas. Fue, precisamente, en DIARIO DE AVISOS donde comenzó a publicar sus primeros poemas hace alrededor de cuarenta años. Después llegó su sección de Intentos breves, con la firma de Lijador, pequeños comentarios de carácter crítico que retomó en una segunda fase en este mismo periódico en la sección Los Lijadores, firmado por Bejeque, el seudónimo por el que se le conoce y que eligió como poeta haciendo referencia a “una planta especial, muy sufrida, muy austera y muy canaria”.

Ahora, su voz se escucha en emisoras como COPE-La Palma o Radio Ecca y es una figura indiscutible en multitud de actos culturales y festivos que se celebran en La Palma. Aunque también es consciente de que algunos de sus comentarios críticos “me cuestan que no me inviten nunca más a determinadas fiestas”. Junto a esa intensa actividad pública, González Plata atesora en su domicilio una colección particular muy singular de llaves. Las paredes de los pasillos están trufadas por paneles donde se muestran las 2.000 llaves de esta colección, de distintas formas, tamaños y épocas. Todo comenzó cuando “papá me regaló unas llaves antiguas de unos pajeros” y así, poco a poco, fue creciendo la colección mediante donaciones de amigos que saben de su afición, destacando las que encontraban los “amigos del camión de la basura”. Incluso, reconoce que llegó a robar una llave que se hallaba en mal estado de una iglesia. Aunque dejó “el dinero equivalente para que hicieran la nueva pestillera”.

A sus 73 años, González Plata disfruta de esta colección y de su familia, después de 44 años de servicio en Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, de los que más de treinta fue tesorero municipal. “Fue un trabajo duro, mañana y tarde”. “Yo me acuso de que el pueblo me deba horas, de haber prestado miles de horas de tarde, noche, fines de semana al Ayuntamiento”. En todo ese tiempo, asegura que ha convivido “con grandes alcaldes, como Gabriel Duque y otros de una dimensión mínima, pero siempre fui leal a todos”.