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opinión > por José Segura Clavell

Los cambios que Canarias aún necesita > José Segura Clavell

   

Conscientes los socialistas de la situación de atraso en que se encontraban las Islas hace dos décadas, desde Canarias negociamos con el Gobierno de España y con Europa un Régimen Económico y Fiscal especial para las Islas, con sistemas de exención de impuestos a los beneficios empresariales, destinados a crear riqueza para nuestra tierra y empleo para nuestra gente. Gracias a la gestión de las administraciones socialistas, Canarias dispone hoy de una de las mejores situaciones fiscales de todo el país: Canarias es una de las dos regiones españolas que menos aportación hacen al conjunto del Estado, pero es la tercera que más financiación recibe de la tesorería española, entre otros motivos importantes, gracias a esa extraordinaria apuesta por Canarias que es el Plan Canarias, un compromiso del Gobierno del Estado con las Islas cuyas medidas el PP no ha parado de calificar como mínimas, empeñado en quitarle todo valor; pero que los dirigentes del PP, incluyendo el propio José Manuel Soria, no están dispuestos a mantener si gobiernan.

A pesar de la financiación extraordinaria del Plan Canarias, de los convenios en infraestructuras, los acuerdos en Sanidad y las ayudas negociadas en Europa, lo cierto es que aquí, en las Islas, las cosas han cambiado muy poco en los últimos veinte años, mucho menos de lo que nos habría gustado. Es verdad que se han construido las grandes infraestructuras de comunicación que han florecido en el Archipiélago en los últimos años, las ampliaciones y modernizaciones de los puertos y aeropuertos que hoy sorprenden a nuestros visitantes, y las carreteras y principales nudos viarios de Canarias. Es cierto que las Islas han vivido una etapa de grandes inversiones en obra pública, en remozado y construcción de edificios administrativos, dependencias judiciales, hospitales, pabellones deportivos, auditorios, teatros y centros culturales; pero el éxito no ha llegado a la mayoría de los ciudadanos.

En los años previos a la crisis, en las Islas las empresas han ganado muchísimo dinero y se han pagado muy pocos impuestos. Pero durante esos años de abundancia, la distribución de la riqueza ha seguido siendo una asignatura pendiente. Después de una década de crecimiento económico por encima de la media española, y a pesar de ello, la crisis ha alcanzado a esta región con las mayores tasas de desempleo del país, casi diez puntos por encima de la media nacional. Con una estructura de salarios que es la más baja de toda España, y con los mayores índices de pobreza -tanto severa como relativa- de todo el país, Canaria se enfrenta hoy a la peor crisis de los tiempos modernos. Hemos disfrutado de una situación fiscal envidiable, pero a pesar de eso, encabezamos todas las listas dónde nadie quiere estar. No sólo en lo económico, también estamos a la cabeza en fracaso y abandono escolar, en desigualdad social, en deficiencias en formación, en duración de las listas de espera, en consumo de drogas, en maltrato a las mujeres, en abortos entre adolescentes, en desestructuración familiar, en problemas alimentarios, hasta en enfermedades típicas de sociedades subdesarrolladas, como la obesidad o la diabetes… extraña paradoja esta de que el río de dinero comunitario y español que se ha inyectado a las arcas de Canarias no haya logrado mejorar la situación de la mayoría de los canarios.

Veinte años de gobiernos de los nacionalistas y la derecha han alejado a las Islas del paraíso que pudieron ser. Mientras, poco más de un centenar escaso de familias, siempre muy bien tratadas por los que han mandado aquí desde 1977, acaparan riquezas y poder propios del tercer mundo, y reclaman acabar con las ayudas a los más desfavorecidos.

Son ellos, con su potente aparato de propaganda, los que aseguran que la crisis se resuelve privatizando la Sanidad y la Educación. Son ellos los que dicen que las pensiones y el seguro de desempleo hunden la economía. Como si la economía no tuviera nada que ver con las personas. Éste es el panorama.

Un panorama al que los socialistas nos hemos enfrentado con decisión y pocos medios, denunciando y corrigiendo injusticias allá donde hemos gobernado. Los ayuntamientos en los que hemos estado funcionan mejor, hay menos desigualdades. Eso lo saben perfectamente los ciudadanos. Pero es muy difícil cambiar las cosas sólo desde el poder local.

Por eso necesitamos el voto de los ciudadanos. Para seguir avanzando y cambiar las cosas aquí, en Canarias. Para no perder lo que queremos y tenemos en toda España. Para que no paguen el pato de la crisis los que siempre lo pagan.