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La eurozona no tiene previsto prestar asistencia financiera a Italia

   

OTR/PRESS | Madrid

Los mercados no se fían de la anunciada dimisión de Silvio Berlusconi, primer ministro transalpino, y esa falta de confianza llevó este miércoles al país al borde del rescate. La prima de riesgo de la tercera economía de Europa se disparó hasta su nivel más alto desde la llegada de la moneda común y se convirtió en centro de atención a nivel continental. Desde dentro de la República, ‘Il Cavaliere’ y Giorgio Napolitano, presidente, lanzan mensajes contradictorios. El primero dice que convocará elecciones anticipadas en febrero y que no se presentará, el segundo asegura que los comicios se celebrarán lo antes posible y que el Parlamento aprobará las medidas de recorte “en los próximos días”.

Los inversores no se creyeron el anuncio de dimisión de Berlusconi. Prueba de ello son los 571,6 puntos básicos, a un interés del 7,432 por ciento, a los que se disparó su prima de riesgo. Es el nivel máximo al que ha llegado desde la introducción del euro. La Bolsa de Milán se desplomó un 3,8 por ciento y arrastró consigo al resto de Europa: el Ibex cayó un 2,09 por ciento, Francfort perdió un 2,2 por ciento y París y Londres cedieron un 1,9 por ciento.

La misión de la Unión Europea (UE) en Italia pidió al país que ponga en marcha los recortes a los que se comprometió “cuanto antes” para aliviar las tensiones, según informó la prensa local. Los inspectores de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo (BCE) comenzaron su trabajo en Roma este miércoles, cuando iniciaron su asistencia a las autoridades locales en la puesta en marcha acelerada de los ajustes y reformas estructurales.

No obstante, la cúpula italiana no consiguió calmar las aguas, entre otras cosas, porque los mensajes de los líderes transalpinos fueron contradictorios. Mientras Silvio Berlusconi aseguraba al director del diario ‘La Stampa’ que convocaría elecciones anticipadas en febrero y que no se presentaría, Napolitano incidía en que el proceso se llevaría a cabo “lo antes posible”.

El presidente de la República sostuvo que ‘Il Cavaliere’ se retirará justo después de aprobar las reformas económicas que exige la UE: “No hay ninguna incertidumbre”. Luego, las opciones serán “o un nuevo gobierno en poco tiempo o la disolución de las Cámaras” para comenzar “enseguida” una campaña electoral. Después se supo que la comisión de presidentes de los grupos parlamentarios decidió que el hemiciclo dará luz verde a los recortes este fin de semana.

Napolitano está convencido de que hay que tomar “decisiones rápidas” ante la situación de los mercados, por lo que instó a todas las fuerzas políticas a ponerse manos a la obra. A su juicio, una situación como ésta, “difícil y delicada”, “crítica y alarmante”, exige que los partidos dejen de lado “los antiguos tabúes y tantos obstáculos”. La oposición tomó buena nota de sus palabras.

Benedetto Della Vedova, portavoz de Futuro y Libertad (FyL) en la Cámara de los Diputados, afirmó en un comunicado que Italia está “en alerta roja” y mantuvo que los suyos asumirían “la responsabilidad” de aprobar las medidas de la UE. Sería, ya lo adelantó él, “antes del domingo”, para que el presidente pudiera “nombrar a un nuevo ‘premier’ el lunes por la mañana”.

Según apuntó, “ésta no es una crisis de Gobierno normal, es una crisis de la deuda soberana”. También a su juicio, los datos demuestran que “los mercados y los inversores internacionales” no creen al primer ministro, “ni siquiera cuando promete dimitir”. Enrico Letta, vicesecretario del Partido Democrático, cree que “lo que está pasando en los mercados impone una aceleración dramática” y que Italia debe “cerrar en cuatro días la Ley de Estabilidad”.

Los dos dirigentes coincidieron en que tendrían que “intentar crear un gobierno de emergencia el mismo lunes” porque “los mercados no entienden las dilaciones de una política italiana que parece que no se ha dado cuenta todavía de la situación”. Desde Bruselas, Antonio Tajani, vicepresidente transalpino de la Comisión Europea, trasladó el mensaje de tranquilidad a sus colegas: “Italia, como país, hará todo lo que sea necesario para cumplir las peticiones de la UE”.

“A pesar de las dificultades” -agregó- “Italia tiene los recursos, la capacidad y la energía necesarios para salir, aunque sea con gran esfuerzo, de una situación muy difícil”. Además, el dirigente subrayó que el problema del país no es “personal”, con Berlusconi, sino económico… “Por eso es muy importante respetar la carta firmada con el Gobierno italiano”.

El temor al desplome se trasladó de la cúpula política a la ciudadanía. De hecho, el colectivo de empresarios reconoció que se estaban viviendo “horas dramáticas” y señaló que su país “no se merece terminar como Grecia”. Lo hizo saber Elena Marcegaglia, presidenta de la patronal Confindustria.

Cameron advierte de que la deuda italiana es “insostenible”

El continente entero tiembla ante los hechos. “Si uno no tiene credibilidad sobre los planes que tiene para afrontar sus deudas y abordar sus déficits, nos gusten los mercados o no, éstos no nos prestarán ningún dinero”, afirmó David Cameron, primer ministro británico, en la sesión de control en la Cámara de los Comunes. “Estamos viendo en países como Grecia, y ahora trágicamente en Italia, que el precio de pedir dinero prestado está llegando a un nivel insostenible”.

El ‘premier’ piensa que el “problema del contagio” en Europa es que, mientras se acuerda “una quita decisiva de la deuda griega”, la gente “se empieza a preguntar sobre otros países”. Por tanto, “hay que tener el marcha el mayor cortafuegos posible”. Según subrayó, ese mecanismo es el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), pero “los dirigentes de la eurozona necesitan concretar, cifrar el tamaño de ese cortafuegos para impedir que este contagio siga adelante”.

Desde Bruselas, el portavoz Amadeu Altafaj aseguró que Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos, “está preocupado” por la situación económica transalpina, en particular, desde este martes. En cambio, no se pronunció sobre la dimisión de Berlusconi. Tampoco lo hizo Pia Ahrenkilde, portavoz de la Comisión: “No tengo comentarios sobre la situación interna cambiante en Italia”.

De todas formas, la eurozona no se plantea acudir al rescate del país mediterráneo, a pesar de que su prima superase el nivel que desencadenó los rescates de Grecia, Portugal o Irlanda. Fuentes europeas explicaron a Europa Press que “no hay bastante dinero” en el fondo para cubrir las necesidades transalpinas. Hay 440.000 millones de euros, pero, si se descuentan las cantidades que hay se deben entregar a Irlanda, Portugal y Grecia, sólo quedarían 250.000 millones.

De hecho, Maria Fekter, responsable de Finanzas de Austria, ya afirmó este martes que “Italia sabe que, dado el tamaño del país, no puede esperar recibir ayuda exterior”. Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno, también descartó esa posibilidad este miércoles.