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Los senderistas del mar

   

Yaci, submarinista argelino-franco-suizo, en una incursión en la costa de Las Galletas. / DA

VICENTE PÉREZ | Arona

Los fondos marinos de Las Galletas atesoran una riqueza geológica y una biodiversidad submarinas que no ha pasado desapercibida por los amantes del buceo. Cada año, miles de personas visita este paraíso subacuático de la mano de alguno de sus ocho clubes de buceo (trece, si se incluyen los de El Fraile, La Estrella y Costa del Silencio).

Gran parte de ellos son turistas europeos que se alojan en el Sur de Tenerife y buscan en la costa de Arona disfrutar de un espectáculo de roca y peces, salpicado de cuevas, fruto de las coladas volcánicas que se enfriaron al contacto con el agua del mar dejando caprichosas formas cual película cuya proyección se parara de repente. A ello se une la mano del hombre, con pecios de barcos hundidos a los que se aferra la vida marina.

Un mundo, ignoto para la mayoría de la población, que conoce como la palma de su mano Yaci, un argelino nacionalizado francés y suizo, que desde hace cinco años hace incursiones en este litoral con los clientes de su empresa, Scubayaci Diving Centre. “La zona ideal para el buceo va desde Montaña Amarilla hasta el Palm-Mar, y a dos minutos en zodiac, bajando a veinte metros de profundidad, el espectáculo es increíble”, explica este submarinista profesional, que además enseña a dar los primeros pasos en el buceo a quienes nunca lo han probado.
Es frecuente encontrarse por las calles del barrio más próximas al mar grupos de buceadores encaminándose al mar o regresando de sus incursiones, con sus inconfundibles trajes negros, aletas en mano y las botellas de oxígeno a la espalda. “Vienen turistas a bucear desde Bélgica, Francia, Inglaterra, Rusia y de la Península, y es importante ofrecerles calidad en el servicio”, subraya Yaci.

La excelencia oceánica de Las Galletas es tal que el Ayuntamiento quiere que se reconozca a este lugar como capital del buceo, para lo cual espera contar con el apoyo de los participantes en el Congreso de Medicina Hiperbárica que se celebrará en Tenerife, y al que asistirá Pierre-Yves Cousteau, hijo del mítico investigador del mar Jackes-Yves Cousteau, probablemente el documentalista que más ha divulgado y defendido la vida de los océanos.

Un mensaje conservacionista que, en el caso de Las Galletas, resulta vital, pues del mantenimiento de la calidad de sus aguas depende una actividad económica que trae muchos visitantes, y es uno de los motores económicos del barrio.

“Queremos ser capital canaria del buceo”

Los empresarios de buceo de Las Galletas y Costa del Silencio son sabedores del tesoro subacuático de esta costa. “Por eso queremos ser capital del buceo en Canarias”, manifiesta Yaci. Una iniciativa que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Arona, que venderá este lugar como destino del submarinismo, a través de la Concejalía de Turismo que preside Francisco Niño, y la de Medio Ambiente, que dirige Antonio Sosa.

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La tortuga lista

Una incursión submarina en las proximidades de Las Galletas permite bucear entre una variedad de especies marinas, como las tortugas bobas, con una de las cuales coquetea Yaci en la foto de la izquierda. Es una de las instantáneas a las que más aprecio le tiene este submarinista, tal vez porque le sirve para transmitir a sus clientes más novatos la tranquilidad sobre la seguridad de una incursión en el mar sureño. “En los fondos de la zona se pueden encontrar chochos, rayas o peces trompeta… entre otras muchas especies en medio de aguas limpias, cristalinas, llenas de rocas y cuevas volcánicas”, explica este buceador argelino-franco-suizo, quien se decidió hace cinco años por afincarse en Las Galletas y montar allí un club de buceo. Su máxima: “La calidad suiza en el servicio que presto”.

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