
EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma
Pese a su aspecto juvenil, María de Haro Brito, senadora electa del PP por La Palma, lleva los últimos veinte años trabajando muy duro. Primero como pasante en un despacho de abogados después de licenciarse en Derecho, más tarde como líder de su equipo de trabajo al frente de su propio bufete, y luego como asesora externa de instituciones y empresas privadas. De Haro Brito, que estuvo al frente del Área de Salud de La Palma, es nieta de emigrantes agricultores, la segunda de tres hermanos.
Tiene una gran formación técnica, respaldada por una amplio bagaje profesional y político en distintos cargos de responsabilidad pero, al mismo tiempo, es una mujer de partido convencida de que hay que exigir al Gobierno central para atender las necesidades de La Palma “esté quien esté en el Gobierno”. La encontramos horas más tarde de su llegada a la Isla desde el Parlamento regional, donde sigue trabajando como diputada hasta la constitución, el próximo 13 de diciembre, de la Cámara Alta, tras los fabulosos resultados que obtuvo su candidatura.
-¿Es usted una tecnócrata política o una política tecnócrata?
“Pues lo tengo muy claro: soy una política con formación técnica, una combinación necesaria para atender los problemas reales de los ciudadanos de La Palma”.
-¿Ha renunciado a tener hijos por su carrera profesional y política?
“No he encontrado momento. Confieso que me gusta tanto mi trabajo, me apasiona tanto, que es también mi principal entretenimiento. He formado parte de distintas asociaciones en varios ámbitos y sí, confieso que me encantan los niños. Me gustan tanto que desde hace varios años forma parte de nuestra familia una niña que acaba de cumplir 13 años y que viene todos los veranos de Chernóbil, donde vive con su familia. Ella es mi niña mimada, una niña que forma parte de nuestra familia y que ya habla muy bien nuestro idioma. Me siento muy orgullosa de ella. Tener hijos es una elección. Tengo compañeras que han conciliado tener hijos con su carrera política, pero ese no ha sido mi caso. No he renunciado a tener hijos, pero de momento es una decisión que no hemos tomado mi marido y yo. La última palabra la tengo yo, claro, pero hay que contar con los demás, con mi marido y mi familia, porque esa decisión condiciona todo tu entorno familiar”.
-Los resultados electorales y, por lo tanto, su victoria no le habrán sorprendido…
“Confiaba en que los ciudadanos no cayeran en la campaña del miedo que hicieron otros partidos, un mensaje en el que han errado. Nosotros somos un partido profundamente democrático, con un proyecto que presenta muchas ventajas a la hora de solucionar los problemas y mi ventaja no ha sido ser yo, sino formar parte del proyecto más serio y responsable para España y para la Isla, un proyecto que demandan los ciudadanos. Aún así he de confesar que me asombró la notable diferencia que logré en número de votos con respecto a mis contrincantes políticos en la candidatura al Senado”.
-¿Le molesta que la denominen conservadora?
“No me molesta en absoluto. Estamos aquí para trabajar e ir a mejor, y para que las cosas evolucionen y cambien. Conservador es un término que puede aplicarse al PP, un partido que no tiene ningún complejo, al que también se puede denominar progresista porque para nuestra gente es muy importante el avance en derechos sociales y progreso económico. Por eso me he presentado a las elecciones y por eso he ostentando diferentes cargos de responsabilidad. La frase que menos me gusta cuando me incorporo a un nuevo equipo es eso de que siempre se ha hecho así. Si está bien y funciona no me importa, pero si se tiene que cambiar para mejorar, porque de eso se trata, hay que hacerlo. Ese es el trabajo de un político”.
-Desde ese punto de vista y con esas convicciones, ¿qué cree que tiene que cambiar en la Cámara Alta?
“Nuestra gente del Partido Popular en el Senado quiere trasladar un mayor conocimiento del trabajo que hacemos a los ciudadanos. Uno de los problemas que tenemos los políticos es el desconocimiento que tienen las personas sobre nuestro trabajo, y eso es una tarea pendiente que tenemos que aprobar. Tenemos que se autocríticos. El Senado ha sido excesivamente inmovilista y no se ha sabido trasladar que es la representación de las comunidades autónomas y de los territorios que las conforman. La Palma está en el Senado y aunque gobierne el partido al que perteneces hay que tocar constantemente a las puertas, pedir lo que necesitas para cumplir tus compromisos y ser efectivos en la resolución de los problemas de la Isla. Yo quiero mostrar a los palmeros el trabajo que haremos desde el Senado, los resultados y las gestiones, los pasos que damos para alcanzar las metas que nos marcamos”.
-Algunos cargos con responsabilidades en el grupo de Gobierno del Cabildo insular ya le han pedido apoyo para abordar desde el Senado temas de interés para la isla de La Palma.
“Eso es algo con lo que pueden contar. El PP siempre ha tendido la mano para un trabajo conjunto desde las instituciones. Estoy firmemente convencida de que en política no pueden existir los sectarismos y esa división de derecha e izquierda es algo trasnochado. No se puede entender que se frenen las cosas por ese sectarismo porque al final lo importante es solucionar con efectividad los problemas. Cuando las instituciones han estado gobernadas por otras fuerzas políticas que no eran el PP he padecido en primera persona que se frenaran proyectos y eso no es justo porque pierden los ciudadanos”.
-¿Ya sabe cuál es el sueldo que va a cobrar?
“No sé lo que voy a cobrar. Le diré con total honestidad que cuando entré en el Gobierno de Canarias como parlamentaria de mi grupo me enteré del sueldo que tenía cuando me ingresaron la primera nómina. La política no es un medio del que vivir, sino un compromiso con los ciudadanos, con la sociedad, que tengo que cumplir. Esta es una etapa en la que tengo que trabajar muy duro y en la que mantendré el contacto con los ciudadanos”.