Sorprendentes las declaraciones del presidente Paulino Rivero. Claro que el presidente del Gobierno realiza últimamente tantas declaraciones sorprendentes que ha terminado por anestesiar cualquier sentido de la extrañeza.
A medida que la crisis económica y social destruye cualquier castillo retórico donde refugiarse Rivero se dedica a guarecerse bajo paradojas en la esperanza de que nadie las detecte. Ayer, por ejemplo, el presidente afirmó que Coalición Canaria se comprometerÃa a apoyar al inminente Gobierno de Mariano Rajoy en las duras reformas que necesita la Madre Patria.
Bien, obviemos, para evitarnos cefaleas, que resulta curioso, realmente curioso, que el presidente del Gobierno hable en nombre de Coalición Canaria sin ser ni el presidente ni el secretario de Organización de la federación coalicionera: es ya una costumbre (más) elevada a la categorÃa de lo incontrovertible.
Se entiende que el señor Duran i Lleida haya dicho, por supuesto, que los recortes presupuestarios y las reformas estructurales encontrarán la comprensión de comprensión de CiU en las Cortes, pero Coalición Canaria dejó más o menos claro, durante la campaña electoral, su rechazo en unos casos y sus reservas en otros respecto a ambas lÃneas de actuación.
Y bajo el argumento de la lealtad institucional no puede deslizarse, en menos de un abrir y cerrar de ojos, un apoyo apriorÃstico desde la Presidencia del Gobierno de Canarias, menos aun, cuando don Mariano Rajoy sigue sin pronunciar una palabra desde la noche electoral. Algunos afirman que lo que diga Rajoy será perfectamente inútil frente a las presiones de los mercados y la peligrosÃsima deriva de las últimas subastas de la deuda pública.
Es posible que cualquier medida o presentación que anunciara en estos dÃas de interregno tuviera apenas un efecto marginal y fugaz. Pero, si no pensar ilusoriamente en sus virtudes taumatúrgicas en una crisis vertiginosa, si debiera hacerlo en los ciudadanos españoles. En los que han votado al Partido Popular y a los que no lo han hecho.
Los ciudadanos, sobre todo, quieren transparencia informativa, quieren gestos, quieren reacciones, y no ver al señor Rodrigo Rato entrando y saliendo a la carrera de la sede central del PP en la calle Génova, ni a los dirigentes conservadores eludiendo preguntas entre sonrisitas satisfechas, ni estupideces semejantes mientras se tambalea el paÃs a escasos centÃmetros del abismo.
Don Mariano, al parecer, se lo toma con muchÃsima tranquilidad. Paciencia es cristiana ciencia.