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PEDRO MOLINA > PRESIDENTE DE AGATE Y DE LA COOPERATIVA LA CANDELARIA

Pedro Molina: “El municipio ha sido y es un baluarte ganadero”

   

DOMINGO J. JORGE | La Laguna

Pedro Molina, presidente de Agate y de la Cooperativa La Candelaria. / DA

Pedro Molina es uno de los referentes para el sector agropecuario en La Laguna, en Tenerife y en Canarias, como lo son las entidades que preside Agate y La Cooperativa del Campo La Candelaria. En esta entrevista, Molina hace un repaso por el estado actual del sector en el municipio y valora el trabajo que se está realizando desde su asociación y la propia corporación, vislumbrando acciones que ya se realizan, pero aún deben seguirse potenciando

-¿Es La Laguna un gran baluarte ganadero para Agate? En este sentido, ¿es una de las grandes ciudades de Canarias en la que aún se mantiene y se convive entre lo agropecuario y el mundo moderno?

“Sin duda, La Laguna ha sido y es un baluarte ganadero, no sólo para Agate, no en vano fue en esta ciudad donde se fundó y donde continúa ejerciendo gran parte de su labor, sino para Tenerife y para Canarias. Se puede decir que el sector primario, a pesar de los malos tiempos, sigue hacia delante”.

-La Laguna ha defendido, con el apoyo de Agate y la Cooperativa La Candelaria, el que Aguere siga siendo el granero de Tenerife. ¿Se pueden tachar como favorables las acciones realizadas hasta ahora para impedir que se acabe con el mayor granero de Tenerife, que es este municipio?

“Se puede considerar como positivo que haya una oposición del Ayuntamiento a la ocupación de esos terrenos por parte del Ministerio de Defensa y, también, que esa misma corporación haya propuesto al Cabildo una alternativa a la planificación de la Vía Exterior. Pero no nos confundamos, lo único que se ha hecho es abrir un proceso para quitar el único requisito que existía sobre ese suelo, y es el de que para poder ejecutar algún proyecto se necesitaba el acuerdo del Ayuntamiento, del Cabildo, del Gobierno canario, de la Universidad, de los vecinos y de los ganaderos. Pues bien, ahora ese requisito no existe y hay que tener en cuenta que ni el Ministerio de Defensa ni el de Fomento se han pronunciado al respecto; es decir, ninguno de los dos ha rechazado la ejecución de ninguno de los proyectos planeados”.

-La Cooperativa Candelaria, por su buen funcionamiento, se ha calificado en muchos foros como ejemplar en cuanto a apuesta por lo fresco y la calidad. ¿Se siente usted orgulloso de los resultados obtenidos en 2011?

“Me siento muy orgulloso por el trabajo y la trayectoria de la Cooperativa La Candelaria. Creemos que es muy importante que sigamos difundiendo el cooperativismo y la necesidad del consumo de productos locales. Nuestros retos futuros continúan en la misma línea y en conseguir que los índices de autoabastecimiento de Canarias crezcan considerablemente. Seguir trabajando por las producciones locales no sólo favorece a los productores, sino que crea economía. Cuando una persona compra un queso de aquí consigue que se le pague el sueldo al empleado y al ganadero que, con ese dinero, pagarán el pienso, el colegio de sus hijos, la ropa que se compran, etcétera. Y, a su vez, las personas de esos otros comercios harán lo propio, capitalizando nuestro territorio. Cuando se compra un producto de fuera lo que se consigue es que esa cadena se dé en otro lugar, no aquí”.

-¿Qué proyectos tiene abiertos Agate con el Ayuntamiento de La Laguna? ¿Podrán verse realizados en 2012?

“Llevamos algún tiempo reuniéndonos con el alcalde de La Laguna y su corporación para, entre todos, diseñar una expansión del sector agropecuario que sea, al mismo tiempo, compatible con la ciudad en la que vivimos. En ese sentido, seguiremos trabajando”.

-¿Sigue siendo rentable el cultivo?

“Cultivar la tierra es una gran responsabilidad. Las personas que se dedican a la agricultura, aquí y en cualquier otro lugar del mundo, no lo hacen por esnobismos ni por conservar tradiciones; lo hacen porque ejercen esa actividad de manera profesional; es decir, se dedican a ello en mayor o menor medida, y porque obtienen una rentabilidad con esa actividad. La única salvación del suelo rústico es que la actividad que se ejerza en él sea rentable, para el agricultor y para la sociedad”.