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OPINIÓN > Juan Andrés Herrera

Sobre el último libro de Víctor Álamo de la Rosa > Juan Andrés Herrera

   

No digo nada nuevo cuando afirmo que Víctor Álamo de la Rosa es, en la actualidad, el mayor exponente de la literatura hecha en Canarias. Traducido a infinidad de idiomas, su obra se ha convertido para el lector en un trago de agua fresca en el árido panorama literario nacional. Esto ocurre con Mareas y marmullos, su último trabajo publicado a nivel nacional por la editorial Tropo Editores. Un libro de relatos, sí, pero que también podría leerse como novela, como capítulos de novela que dan sentido a toda la obra. Una obra que es un claro ejemplo de genialidad y sencillez. Dueño y señor de un estilo propio que lo hace inconfundible, Álamo de la Rosa ha conseguido domesticar, unir sin caer en el envanecimiento o la pomposidad, la prosa y la poesía, creando un mundo narrativo capaz de contagiar a un lector que pronto volverá a las librerías esperando una nueva publicación de este autor.

Mareas y marmullos no es una colección de relatos al uso. Álamo de la Rosa, en un claro ejemplo de convertir a sus lectores en partícipes de su obra, como si fuésemos nosotros mismos quienes hemos vivido sus historias anteriormente escritas, roba de sus antiguos trabajos, como la inolvidable novela Campiro que, o el libro de relatos Las mareas brujas, personajes e historias restauradas como si fuese una gran pintura a la que ha añadido colores nuevos y frescos. Encontramos pues magníficas adaptaciones de relatos como La maldición del Gran Perenquén (relato que me ha sorprendido gratamente, por cierto), o De cómo mi abuelo me demostró que venimos del pez, o de Omar el Cangrejo, o de Juan el Chingo supo volar (relato traducido al portugués). Relatos estos que Víctor Álamo ha retomado en un acertado intento de entretener (que es básicamente lo que busca en toda su obra literaria). Y lo consigue además con un grupo de relatos inéditos que satisfacen, como no podía ser de otro modo, al lector más exigente.

En el libro de relatos Mareas y marmullos encontramos una visión única de la isla canaria de El Hierro. El autor nos muestra la vida de los pueblos de antaño y mezcla (como ya dije antes) la prosa y la poesía con tanta sencillez y genialidad que de pronto nos vemos metidos en el pellejo de sus personajes y no tardamos en sentir la angustia, la asfixia o la desesperación de vivir en una isla tan pequeña donde todo el mundo sabe lo que pasa. Conocedor de viejas tradiciones, Víctor Álamo manipula esos conocimientos para crear pequeños relatos que se leen con rapidez y donde, en muchas ocasiones, el lector se identifica. Y se identifica con esa tierra llena de chismes y recelos, y con sus personajes torturados por el aislamiento, y enamorados de sus propios sueños. Sus historias, la mayoría entrelazadas, se leen como una novela corta y el lector reconoce a sus personajes saltar de un relato a otro dando sentido al texto anterior. Campiro, Celedonia Jesús, el cura Benito, el médico Joan Lafonte, don Frutoso, el alemán Hans Marcus Mull son algunos de los personajes reconocibles de su obra y que encontramos envueltos en diferentes tramas en este libro de relatos. Estos seres, muchos de ellos atormentados, otros con deficiencias mentales, otros sádicos o adictos al sexo, nos enseñan una isla de El Hierro totalmente diferente a la que conocemos. Víctor Álamo no sólo nos cuenta historias entretenidas, también nos muestra la realidad de una isla abrupta y alejada que parece vivir ajena al mundo. Sus personajes, algunos de ellos tan crueles que llegas incluso a detestar, nos sumergen en un mar que está presente a todas horas y que domina los actos de esos personajes. Otros, sin embargo, viven una realidad totalmente distinta. Seres capaces de amar descontroladamente, que sufren y se transforman y que para bien o para mal forman parte de ese pedazo de tierra donde el mar ocupa sus vidas por completo. Cuando el mar se hace dueño de todos los sentimientos.

Mareas y marmullos contiene relatos que se enmarañan unos con otros como si fuesen las nudosas ramas de una enredadera. Y es en esa vegetación, despiadada y visible, donde el autor llega al más absoluto surrealismo o más bien a cierta oralidad revestida de costumbrismo mágico que atrapa al lector, un lector que llega a aceptar de buen grado que un sacerdote con miras altas y especialista en exorcismos sea obligado por el Vaticano a viajar a la Isla Menor como (y esto lo piensa el sacerdote) castigo. La lectura de este relato en particular golpea a quien la lee por todas partes sin que nos demos cuenta y llegamos a aceptar con normalidad que dicho sacerdote acabe convertido en uno de esos demonios que él cree pululan por la isla. De perros y demonios, que así se titula este relato, da cuenta de cómo Álamo de la Rosa es capaz de mezclar tradición, cultura, miedos y obsesiones con una narrativa tan clara que no es difícil aceptar un final tan inesperado como original. Y así ocurre con casi todo.

Este magnífico libro de relatos que, como dije antes, puede leerse como una novela, como una continua sucesión de hechos robados por el autor a su extensa obra literaria, nos deja gratamente perplejos ante la despiadada vida de sus personajes, ante el amor desmesurado de mujeres y hombres que no encuentran salida, en la burla del tonto del pueblo, en la crueldad de los normales, en el suicidio, en el incesto, en la pasividad de su tiempo, en la metáfora de la vida transformada en surrealismo, en la poesía parasitando la prosa hasta convertirla en un estilo único y en ocasiones desgarrador, en ocasiones conmovedor. Mareas y marmullos es sin duda una obra que no dejará indiferente a nadie.

Y me alegra que se edite a nivel nacional y que todo el mundo pueda comprobar la fragilidad de sus personajes ocultos bajo corazas de rabia o rencor, de amor o desamparo que viven en una isla rodeada de mareas brujas.
Maestro del lenguaje, Víctor Álamo juega con las palabras, y en muchas ocasiones, mezcla distintos términos para crear uno solo, neologismos que dan sentido a una frase sin necesidad de alargarse en el texto. Es el caso claro del título: Mareas y marmullos. Marmullos: gente que vive entre rumores, rencor, amor y chisme rodeados de mar.

Estamos ante una obra bien estructurada, rica en matices, llena de tradiciones y sentimientos llevados al límite. Con un lenguaje propio de un artesano que deslumbra por su sencillez, Víctor Álamo de la Rosa ha creado con Mareas y marmullos un magistral libro de relatos que tiene como colofón la difícil tarea de entretener al lector. Y Mareas y marmullos lo ha conseguido.