MARTES 13, NEGRO > MILAGRO En el intercambiador

¡Menos mal que fue de noche!

J. M. | Santa Cruz de Tenerife

Todos coincidían en lo mismo: trabajadores del Intercambiador, autoridades, empleados de Titsa y usuarios. A pesar de la llamativa imagen de ayer -que a muchos les costará olvidar- con todo el falso techo del hall principal de la estación en el suelo, no se tuvieron que lamentar víctimas.

Alrededor de las 03.45 de la madrugada, tanto el vigilante nocturno de seguridad, como los miembros del SAE fueron los primeros en dar la voz de alarma al escuchar el fuerte ruido provocado por el derrumbe. Una de las consecuencias fue el cierre de este espacio, no se sabe por cuánto tiempo, y por ende, la clausura, también, de las oficinas y negocios que operaban en este espacio. Desde primera hora de la mañana los empleados y usuarios que iban llegando al Intercambiador se quedaban atónitos al ver el espectáculo.

La mayoría coincidía en la misma exclamación: “Menos mal que esto fue de noche porque sino hubiera podido haber una desgracia”. Y no iban desencaminados, ya que el peso de la estructura y la altura desde la que se desprendió podía haber causado graves daños personales a cualquier hora en la que este espacio público, por el que diariamente transitan unas 50.000 personas, hubiera estado operativo.

Tras el primer impacto toca la reorganización. Cerrar los pasillos que conducen desde los andenes hasta la entrada principal y desviar el tráfico de usuarios, tanto de los que salen al exterior, como conectar con el tranvía. En principio todo iba fluido, nadie conocía el alcance de lo ocurrido hasta llegar a la calle. Los curiosos que por allí circulaban se detenían, miraban hacían el interior, preguntaban qué había pasado -aunque era bastante obvio- y alguno sacaba fotos con el móvil. Quizás los más perjudicados, junto a los negocios del interior que se ven obligados a cerrar no se sabe por cuántos días, son los viajeros que acudían al Intercambiador a coger la guagua para ir a La Gomera. A las puertas se agolpaban números usuarios, con sus maletas a rastros que tenían que esperar a que alguien les informara de dónde comprar los pasajes y qué hacer. Aunque en un primer momento el sentimiento reinante fuera de confusión, pronto los empleados de las dos compañías navieras que prestan servicio en el Intercambiador fueron atendiendo a los usuarios y explicándoles dónde comprar los billetes hasta que dure el precinto de seguridad.

Pese a las leves molestias acontecidas, lo cierto es que todo quedó, al menos de momento, en un susto, hasta comprobarse las causas que ocasionaron el derrumbe.

REACCIONES

Silvia, Trabajadora de Naviera Armas: “Lo que encontré fue más de lo que esperaba”

Con la caída del techo de la estación las oficinas de las navieras que operan aquí se vieron inutilizadas. Por eso, los empleados informan a pie de guagua a los usuarios. “Me llamó una compañera para avisar pero lo que me encontré fue mayor de lo que me esperaba”, aseguró Silvia. Además, insistió en que se está facilitando la atención a los usuarios.

José, taxista de la zona: “Arreglaron las planchas hace 2 semanas”

“Hace unas dos semanas estuvieron aquí, con un elevador arreglando algunas planchas”, afirmó José Felipe, uno de los taxistas que asiduamente acude al Intercambiador. Además, explicó que este cierre perjudica al sector porque ya los usuarios que cogían taxi no salen por la zona donde está la parada sino por la parte superior del edificio.


Margarita, usuaria del Intercambiador: “No pudimos sacar el billete del barco”

Margarita junto a su esposo Rafael acudieron a comprar su billete de barco para regresar a La Gomera y se encontraron con la terminal cerrada. “No podíamos comprar y no sabíamos dónde se hacía; nos quedamos sorprendidos por el derrumbe”, indicó. Asimismo, insistió en que una trabajadora les informó entonces de lo sucedido.

Domingo, trabajador de Titsa: “La gente reacciona bien a los cambios”

“Mi labor es informar a la gente de que no pueden acceder al hall del Intercambiador, y explicarle por dónde deben transitar, si quieren salir o ir a coger el tranvía”, explicó uno de los trabajadores de Titsa que en la mañana de ayer al acudir a su puesto de trabajo se encontró el derrumbe. Además, afirmó que la mayoría de los usuarios reaccionan bien.