Pablo Reyes: “Nos preocupa que la ciudad pueda morir de éxito”

J. F. J. | La Laguna

“El casco histórico de La Laguna no puede ser solo una zona comercial”. La asociación de vecinos de esta parte de la ciudad considera que ha llegado el momento de hacer una reflexión serena sobre el presente y futuro del casco histórico. Pablo Reyes, presidente del colectivo, aboga por revisar el plan de protección del centro ciudad (PEP) y reclama al actual equipo de gobierno local que incluya la voz ciudadana en el proceso.

“Nos preocupa que la ciudad pueda morir de éxito”, sentencia frente a los halagos que, de un tiempo a esta parte, caracterizan cualquier alusión al conjunto histórico lagunero. Reyes aboga, sobre todo, por una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones. Por ejemplo: a la hora de elegir el mobiliario urbano. O de programar un concierto. Rechaza de lleno citas como la que el sábado tendrá lugar en la plaza del Cristo, el primer Festival Winter Music de música electrónica, y plantea como alternativas espacios como el estadio Francisco Peraza, el pabellón Santiago Martín o el campus universitario de Guajara.

“Hay que racionalizar el uso de los espacios públicos y en el caso de la plaza del Cristo, una semana sí y otra también, los vecinos del entorno deben de soportar convocatorias de este tipo. Así no hay quien viva”, argumenta. “El concejal de Fiestas [Jonathan Domínguez] se equivoca al intentar enfrentar a esta asociación con los colectivos de jóvenes”, añade.

El presidente de la asociación de vecinos del casco histórico lamenta el “nulo papel” que ha jugado hasta el momento el Consejo Municipal de Patrimonio y aplaude, por el contrario, la elaboración de una ordenanza de convivencia que regule aspectos tan vinculados al centro ciudad como la circulación de bicicletas y monopatines por las calles peatonales. “Los ciudadanos hemos recuperado la calle, pero hay que mejorar la convivencia. En los últimos años ha habido que hacer un montón de reparaciones de calles y mobiliario urbano, y ese no es el camino”.

Pablo Reyes elogia, por el contrario, la línea de subvenciones que desde hace algunos años se viene habilitando desde el Ayuntamiento para la rehabilitación de inmuebles históricos, ya que ha permitido a muchos particulares del centro ciudad salvaguardar sus viejas viviendas.

En su opinión, éste es un lugar con “una excelente calidad de vida” y no debería perderse esa cualidad en beneficio del uso comercial, un perfil cada vez más notorio en la zona. “Esta es una ciudad increíble para vivir. Es única, aquí lo tienes todo. Reúne todas las condiciones para ser un sitio ejemplar, pero es necesario revisar algunas cosas que, en nuestra opinión, no se están haciendo bien”, apunta.