SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

Teylu Díaz y Orazio Lezi se han convertido en viajeros impenitentes. Por el Archipiélago y también por nuestra su gastronomía. DIARIO DE AVISOS ha tenido ahora la oportunidad de conversar con las dos personas que presentan Nuestra Mesa, el espacio culinario -y de mucho más- que emite el segundo canal de la TelevisiónCanaria.

-Nuestra Mesa ha logrado entrar en los hogares canarios con la complicidad de los telespectadores. ¿Dónde reside la clave de esta aceptación?

Teylu Díaz: “Nuestra Mesa comenzó en febrero en una cadena local. Tres meses después llegó a TelevisiónCanaria 2. Se caracteriza por un formato diferente en su presentación, en la elección de invitados y lugares. Como dijo nuestro amigo Efraín Medina, Nuestra Mesa es un espacio de tendencias. Nos gusta ver lo que está de moda, con un mensaje positivo, didáctico. Por eso nos rodeamos de los mejores profesionales”.

-El programa recorre las Islas y da a conocer su gastronomía. ¿Qué nos queda por descubrir a los canarios de este patrimonio?

Orazio Lezi: “Los productos de toda la vida no necesitan ser descubiertos. Las Islas tienen un clima privilegiado y tenemos que atrevernos con nuevos cultivos, como hace Gerd en Güímar, donde produce plantas japonesas, minihortalizas, albahaca limón y una estupenda que sabe a avellana. También Tino en el Sur de Tenerife cultiva unos tomates cherry de piel finísima que son puro néctar, flores comestibles, ostra de tierra… En los 90 casi nadie conocía la rúcula, se importaba y costaba casi 5.000 pesetas el kilo. Hoy se cultiva aquí, es más fresca y vale 10 veces menos. Hay una cosa por descubrir, las cocina de nuestros grandes cocineros: platos clásicos en clave moderna. Pedro Rodríguez, Juan Carlos Padrón, Jesús González, Lucas Maes, Orazio Lezi y varios chefs más hacen de Canarias una gran cocina global. Los extranjeros intentamos acercar al cliente a la cultura de nuestros países. Estamos muy integrados: pensamos, trabajamos y soñamos en canario”.

-¿Pueden darnos un ejemplo de plato exento de complejidad pero a la vez exquisito?

O. L.: “Un día mi amigo Néstor me dice, “acabo de comerme un revuelto de huevos con tomate fantástico”. Me puse en la cocina y lo preparé, trabajándolo de modo que se quedara como una mousse, añadí un toque italiano con parmigiano rallado y un crujiente y serví todo en una copa de Martini… Simplemente genial”.

-¿Y qué aprende Orazio y Teylu de esta experiencia televisiva?

T. D.: “Mi experiencia es de 15 años ante las cámaras y en la radio. Pero con Nuestra Mesa aprendo mucho, además de que me siento en mi mejor momento profesional. Cuando tienes 20 años no tienes la misma seguridad. Ahora me siento plena y eso se transmite. Para mí la gastronomía, vista de una manera profesional, era un poco desconocida. Confieso que hasta aprendo a cocinar mejor. Pero para eso está Orazio Lezi, que es un gran profesional. A mí me toca presentar los vinos y disfruto mucho de eso y de los mensajes que nos dejan nuestros enólogos y especialistas. Hace muchos años que Orazio tuvo la idea de Nuestra Mesa y no logró ponerla en pie. Pero juntos la echamos a andar. Orazio ha aprendido de este medio y yo de la gastronomía”.

-Desde el ámbito de la comunicación, ¿cuál es el secreto para conectar con un público variado?

T.D.: “A un público variado hay que darle variedad. En 30 minutos Nuestra Mesa ofrece la recogida del producto en los mercados, una receta de Orazio que en ocasiones elabora con un chef invitado, la sección de maridaje, la entrevista a un personaje en su faceta más distendida… Es una regla de oro cerrar con algo que rompa el esquema. En el primer programa Orazio jugó un partido de tenis con Corviniano Clavijo, luego Ricardo Melchior ayudó en la receta; en La Gomera me puse el traje típico y en Las Palmas hicimos una divertida entrevista a Kiko Barroso. Somos muy creativos: se nos ocurre alguna locura y la llevamos al programa”.

-Los invitados se presentan en facetas alejadas de su popularidad. ¿Cuáles han sido las anécdotas más curiosas?

O. L.: “Siempre son muy formales y vienen muy preparados, por lo que es difícil buscar una anécdota. La de esta temporada está relacionada conmigo. Llegamos a Los Rodeos para ir a Lanzarote, y minutos antes de embarcar me di cuenta de que no tenía pasaporte, ni DNI, ni nada. Al final pude viajar con el permiso de conducir, pero fueron 10 minutos de pánico, aunque luego estuve presumiendo de eso”.

-Y si hablamos de proyectos a corto y medio plazo, ¿con qué nos va a sorprender Nuestra Mesa?

T. D.: “Esta temporada ha tenido nuevos elementos, y la productora, con profesionales excelentes, también aportó muchos cambios. En enero comenzamos a filmar la temporada de invierno. Incorporaremos sorpresas que no puedo adelantar. Aunque sí diré que el mundo debe saber que Canarias es rica en gastronomía, vinos, hoteles y, lo más importante, en la calidad humana de la gente. Así que Nuestra Mesa podrá ser una mesa viajera”.