J. F. JURADO | La Laguna
Los terrenos improductivos de la comarca nordeste de La Laguna ocupan ya una superficie aproximada de 540 hectáreas, lo que equivale al 39% del suelo rústico del municipio. Especialmente notorio es el caso de Bajamar y Punta del Hidalgo, donde las tierras sin cultivar son casi tantas como las que se mantienen productivas. Muchas de esas parcelas, además, han sido invadidas por las malas hierbas y matorrales, lo que complica seriamente su recuperación.
Pese a esta realidad, el Ayuntamiento de La Laguna se ha marcado el objetivo de que “la agricultura vuelva a ser una oportunidad de trabajo”. Y con ese fin, explica el concejal del área, Juan Antonio Alonso, “estamos buscando a personas que pueden estar interesadas en hacer de la agricultura una actividad profesional y, por otro lado, que es lo más difícil, estamos buscando empresas o particulares que cedan esos terrenos para que sean cultivados”. “Ya hemos hecho las primeras gestiones individuales y a través de las cooperativas”, cuenta.
Consejo sectorial
La apuesta por la reactivación del sector primario incluirá, además, la creación de un consejo municipal agrario, similar al que ya existe en el sector del comercio y en el que también estaría presente la Universidad de La Laguna. “Queremos tener una mesa que defina por dónde puede desarrollarse la agricultura en el municipio”, dice Juan Antonio Alonso. “Entendemos que el sector primario en nuestro municipio tiene mucho que hacer y que decir a la hora de generar empleo. Queremos pasar de ser una maría a hacernos un hueco dentro de la Concejalía de Economía, Empresa y Empleo. El estado en el que se han puesto las cosas, hace que la agricultura pueda ser una verdadera alternativa laboral”.
“La agricultura tiene que ser más representativa, ya que aquí no supera el 1% del Producto Interior Bruto. De hecho, la referencia agrícola de los países más desarrollados está entre el 2 y 3%. Ni siquiera el 10% de lo que consumimos son productos locales”, argumenta.
El concejal lagunero es consciente de que el camino a recorrer no es fácil. Pero insiste en que es el momento idóneo para intentarlo: “Convertir la propiedad en solar es una práctica muy habitual. La gente no ve con buenos ojos ceder sus tierras para que un tercero las explote. Por eso estamos buscando un papel de intermediación entre la gente que quiera acceder al campo y aquellos que tienen los terrenos abandonados”.
“El nivel de desempleo es altísimo y el nivel de alternativas muy bajo. Así las cosas, la agricultura debe ser una oportunidad, y nosotros tenemos que pelear para que así sea”, repite.