En menos de un mes estaremos en 2012. Año nuevo, vida nueva. Aunque no para todos. En el CD Tenerife hay cosas que no cambian, y dudo mucho que lo hagan con la llegada del nuevo año. La falta de rigor y de memoria atacan a nuestros dirigentes, a los que rigen el club, especialmente al dueño del cortijo. Que no es suyo, pero a lo mejor se lo cree. En 2012 el tinerfeñismo deberÃa estar celebrando el centenario de la institución. En 2012 el Tenerife cumple 100 años, pero no lo queremos celebrar.
Se le encomendó en su momento a una comisión de expertos que indagaran y verificaran el año de fundación del CD Tenerife como tal. Después de un concienzudo trabajo de investigación, no hay dudas, el club se fundó en 1912 y se puede corroborar por varias vÃas. Está documentado, está contrastado y por las pesquisas hechas, han llegado a la firme e inequÃvoca conclusión de que en 1912 se gesta y nace lo que hoy conocemos como Club Deportivo Tenerife. Cuando en 2022 alguno lo vaya a celebrar, llegará diez años tarde.
Pero el presidente no quiere hacer caso. No ha tenido a bien atender el buen y dificultoso trabajo hecho y preparar un acontecimiento tan importante como los cien años de nuestro club.
Intolerable. No me parece lógico ni permisible, que, por el capricho de una persona, se prive a miles de celebrar algo muy serio e importantÃsimo por lo que deberÃamos presumir, sin rubor, en la Isla y en Canarias. Sepan ustedes que en pocas semanas nuestro Tenerife, el de todos, cumplirá cien años, y que arbitrariamente y de manera sorprendente, no se va a celebrar porque no les da la gana.
El uno de enero, y durante los siguientes 364 dÃas, yo lo haré, y aunque sea para mi, sabré y diré que nuestro Tete es centenario.
Sigan bailando.