X
AGRICULTURA >

El conejo canario apenas se vende

   

Los cunicultores piden que la oferta local se distinga con un sello de origen. | F. B.

ESTEBAN DE ARMAS | Tenerife

El consumidor lo tiene cuesta arriba ya que, al amparo de la denominación conejo del país, cabe cualquier origen. Tradicionalmente, la mención del país hace referencia a su origen canario, pero la realidad confirma que lo que se vende bajo ese epígrafe casi siempre procede de la Península o incluso de Brasil, Polonia, Hungría, China y Marruecos, entre otros orígenes.

Semanalmente se consumen, en el mercado insular, unas 30.000 cabezas y no sobrepasan las 2.000 las que el sector sacrifica en el el Matadero Insular de Tenerife. Con la llegada de la Navidad, la demanda se incrementa, pero no tira en igual medida de la oferta interior.

Los cunicultores han comprobado que, para una misma marca, el precio del kilo de conejo en Península ronda los 6,5 euros, y puesto en Tenerife se vende a poco más de cuatro euros. “Los importadores acuden al mercado canario con precios por debajo del costo y le sirven el negocio en bandeja a los carniceros y a las grandes superficies”, como comentó Nanda Donate, de la granja Las Vigas, en Arico.

La producción de conejo no está sujeta al Régimen Específico de Abastecimiento, y desde la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) vinculada a la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), presidida por Carlos Barrera, se ha intentado, “hasta el momento sin éxito”, contar con la alianza de los carniceros. “Para ellos es mucho más rentable comprar a los gangocheros una partida y luego mezclarla con los canales refrigerados de importación, para luego darlo todo como producto del país. Hasta el momento nadie ha tomado las debidas cartas sobre ese asunto y así nos va”.

Los cunicultores cuentan con otra asociación, la de Productores de Carne de Conejo (Procarco), que se queja de la situación del mercado y respalda la propuesta de solicitar la intervención de la empresa pública Gestión del Medio Rural (GMR) para buscar fórmulas que permitan defender la producción local. “Los conejos comen cada día y los precios están por las nubes. Los gastos, cuando las ventas se ralentizan, se mantienen”.