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La deuda de Papá Noel > Elba Navarro

   

Cada país celebra la navidad de una forma diferente pero existe un factor común a todos: el gasto desorbitado capaz de dejar en bancarrota al mismísimo Papá Noel.

En Estados Unidos el asunto es aún más grave, las casas parecen casinos con tanta luz en el exterior, es más, yo diría que todas las bombillas que se están ahorrando en los ayuntamientos de España por la crisis, las envían a Miami.

Hay quienes convierten la entrada en una feria con muñecos hinchables, renos tamaño real que mueven la cabeza, paquetitos de regalo iluminados… lo que darían en más de un centro comercial en Canarias por tener los adornos de mi vecino, ¡decoraban hasta el aparcamiento!

Y hablando de áreas de compras, lo que se vive estos días en las tiendas es una batalla campal. Ayer vi a dos padres aferrados al último Transformer de la estantería discutiendo sobre quién lo había visto primero y tendría el privilegio de llevarselo… En fin, ¡una pelea digna de Optimus Prime!

Ese instante me hizo plantear el verdadero significado de la Navidad, ¿dónde han quedado las cenas de nuestros abuelos en las que la nochebuena era solo una excusa para unir a toda la familia alrededor de la misma mesa? , ¿Quién tiene las hojas de cuaderno con letras de villancicos escritas a mano para no perderse al cantar en los postres?, ¿Qué ha pasado con el espíritu navideño? y lo más importante ¿en qué momento perdimos todo esto para convertir estas fechas en un endeudamiento económico que muchos arrastran hasta el mes de marzo? Hoy mismo he oído un anuncio en la radio “especial reunificación de deudas en Navidad”, porque claro, como bien rezaba la publicidad, “es imposible resistirse a ese regalo que tus hijos tanto se merecen”.

Hoy la felicidad de un niño se mide generalmente por si tienen todo lo que ha pedido en la carta, cosas que en muchas ocasiones abandonan en una esquina de la casa y no vuelven a tocar jamás. Lo peor es que como padres, si no podemos dárselo, supone una frustración muy grande… ¿qué padre y/o madre no quiere lo mejor para un hijo?

Pues este año Los Reyes Magos y Papá Noel están endeudados con tanta crisis. ¿Qué les parece si vamos desempolvando la pandereta y preparando el menú de la cena con los cuñados para recuperar el tradicional sentido de la Navidad? Quién sabe, a lo mejor nos gusta y repetimos en 2012.