EFE | Madrid
La Audiencia Nacional juzga el próximo jueves a los etarras Oscar Zelarain y Andoni Otegi por el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante) en 2002, en el que murieron dos personas, una de ellas una niña de seis años, hechos por los que la FiscalÃa pide 1.180 años de cárcel.
En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal sostiene que sobre las 20:15 horas del 4 de agosto de 2002 Zelarain y Otegi, que formaban parte del comando “Argala” de ETA, “explosionaron un coche-bomba que habÃan estacionado junto a la valla del acuartelamiento (…) con intención de matar a cuantas personas se encontrasen en su interior”.
El Ministerio Público destaca que “el vehÃculo fue instalado sin previo aviso al objeto de lograr el mayor número posible de vÃctimas y a una hora en la que presumÃan que los agentes residentes en las viviendas de la casa cuartel se encontrasen cenando y, por tanto, lograr asà la mayor lesividad posible”.
La explosión causó la muerte de la niña Silvia MartÃnez, de 6 años, hija de un miembro de la Guardia Civil que vivÃa en el cuartel, y del jubilado Cecilio Gallego, de 57 años, que se encontraba en una calle contigua al edificio esperando el autobús.
Además, otras 55 personas resultaron heridas de diversa consideración y hubo cuantiosos daños materiales, especialmente en el acuartelamiento, cuya reconstrucción costó más de seis millones de euros.
El vehÃculo utilizado como coche-bomba, un Ford Escort, habÃa sido robado en Francia el 5 de junio de 2002 y las placas de matrÃcula que le fueron colocadas correspondÃan a una partida robada por ETA en Eibar (Guipúzcoa) el 20 de noviembre de 1999.
El artefacto colocado en su interior, según el fiscal, contenÃa unos cien kilos de explosivo “y su sistema de iniciación serÃa eléctrico con un sistema de activación temporizada”.
El representante del Ministerio Público afirma que Zelarain, alias “Peio”, y Otegi, “Iosu”, se hospedaron los dÃas anteriores al atentado en el cámping BahÃa de Santa Pola, a unos cuatrocientos metros del cuartel, y que se desplazaron en un ciclomotor alquilado y en bicicleta para grabar su objetivo.
Asà se pudo comprobar tras la detención de ambos en Bagneres de Luchon (Francia) el 20 de septiembre de 2002, ya que se les intervino una cinta de vÃdeo -en la que habÃa una huella dactilar de Otegi- “con grabación de imágenes del acuartelamiento de la Guardia Civil de Santa Pola”, asà como fotos del mismo lugar.
Los dos etarras también tenÃan en su poder croquis de cuarteles del instituto armado de Alicante y de Torrevieja y un listado de matrÃculas y modelos de coches de la zona para “doblar” las placas.
Por último, en la causa obra una “autocrÃtica” manuscrita por Otegi -que se intervino al dirigente etarra Ibon Fernández Iradi, “Susper”- en la que él mismo y Zelarain “relatan de modo preciso su actuación en España en el verano de 2002 y, en concreto, realizan menciones relativas a los atentados cometidos por ellos en la zona de Santa Pola y Torrevieja”.
El fiscal considera a los procesados autores de un delito de estragos terroristas, por el que pide 20 años de prisión, de dos de asesinato terrorista, por cada uno de los cuales solicita 30 años de cárcel, y de 55 de asesinato terrorista en grado de tentativa, por cada uno de los cuales pide otros 20 años de prisión.