MARTA PLASENCIA | SANTA CRUZ DE TENERIFE
Moise Mircea dejó su RumanÃa natal en busca de una vida mejor para él y su familia. Igual que cientos de canarios que en la década de los 40 y 50 arriesgaron su vida y dejaron lo que más querÃan para embarcar en el Telémaco hacia Venezuela.
Buscándose la vida se embarcó en el Oceánico Tulcea como cocinero y al llegar a Tenerife allá por el año 82 decidió quedarse para, como cualquier inmigrante, ganar dinero y mandarlo a su familia en RumanÃa.
Se adaptó rápidamente, haciendo muchos amigos por su carácter afable, siempre dispuesto a ayudar y con ganas de trabajar. Cocinero a bordo, cuidando barcos en la dársena, de voluntario en la Cruz Roja y, como último oficio, vendiendo pescando en la misma dársena de Santa Cruz, “adonde iba todo el mundo a buscar su gran pedazo de atún”, afirma con una sonrisa en la cara, recordando los viejos tiempos.
Hace unos meses, DIARIO DE AVISOS ya contó parte de su historia cuando, por un problema burocrático entre la Seguridad Social española y la Casa de Jubilaciones de RumanÃa (el organismo rumano solo trabaja con correo ordinario y el organismo español solo enviaba los documentos por email) temÃa no poder arreglar los papeles para su deseada y merecida jubilación. Fue publicarlo y a la semana ya tenÃa los documentos en su poder. “Gracias a que salió en el periódico, cuando fui a la Seguridad Social para ver si habÃa avanzado algo el asunto, no hizo falta ni que preguntara. Enseguida me dijeron ‘Moise Moise, ven que ya tenemos los papeles’”, recuerda a carcajadas.
Más problemas
Cuando pensaba que todo estaba ya solucionado, “resulta que me dicen en la Seguridad Social que me faltan por justificar 10 años”, en concreto, “en la década de los ochenta”. Precisamente sus primeros años trabajando en Tenerife.
El tiene la explicación. “Todos esos papeles los perdà cuando se hundió un barco en el que trabajaba de vigilante. Se hundió en el verano de 1992 y gracias a Dios pude salvar la vida. Todo lo demás lo perdÃ, mis enseres, papeles, todo. Aunque al final sà que pude recuperar parte de mis documentos”, explica Moise.
Ha realizado numerosos escritos explicando su situación a la Seguridad Social, que ya tiene constancia de ello, y solo pide un poco de trato justo. “No puede ser que por un accidente, que está justificado, yo no pueda disfrutar de una jubilación que merezco”.
Moise cumple el 18 de febrero de 2012 los 66 años, edad de jubilación. Además, sufre un 65 por ciento de grado de minusvalÃa desde 2005, validado por la Dirección General de Bienestar Social del que solo cobra “340 euros al mes de pensión de invalidez no contributiva”. Si no se arregla este problema, “solo tendré eso para vivir” afirma con tristeza.