LUIS DE LA CRUZ | Valle de Guerra (La Laguna)
Lleno a reventar en el terrero Chaval I de Valle de Guerra. Más de 1.000 personas se dieron cita en el terrero Chaval I de Valle de Guerra, donde estaba más de medio título en juego de la Liga Cabildo de Tenerife de Primera Categoría. Eso es lo que frenó, tanto al Rosario Estación de Servicio El Mirador y Tijarafe Lavandería Mara, que no pasaron del empate (12-12) y, sus luchadores se mostraron muy conservadores durante el encuentro.
Kiren González y Miguel Ángel Pérez se eliminaron en el último emparejamiento de la noche. Ninguno movió una mano, aunque a decir verdad, el conejero se mostró mucho más activo que el bregador de Santa Úrsula. Miguel Pérez sufrió de lo lindo para imponerse ante Raúl González. No lo tiró, sino que el puntal C local acumuló tres amonestaciones, por tan solo una, del jefe de filas del equipo visitante.
Raúl González estuvo muy acertado y, con mucha autoridad, dejó fuera de brega a Mario Hernández, quien no atraviesa por su mejor momento.
De eliminada, en eliminada y así subió un punto al marcador de cada equipo en los emparejamientos entre Diego Pérez y Abián Guillén; más de lo mismo en la agarrada entre Martín Cano y Pedrito Gutiérrez.
Lo más dinámico del encuentro fue la actuación del juvenil Alejandro Afonso, quien hizo tres puntos para su equipo: dejó fuera de brega a Samuel Fernández, Carlos Peraza y Aitor Molina. Este palmero del Rosario Estación de Servicio El Mirador, también cuajó una excelente actuación porque le ganó la partida a Eduardo Hernández y también sorprendió al orotavense Saúl Marrero.
En el ecuador del encuentro se sucedieron de nuevo las eliminadas y las descalificaciones porque ningún mandador quería perder la ventaja a la hora de sacar en silla: eso ocurrió, en los otros emparejamientos, entre Miguel Rodríguez y Martín Hernández, además Juan Luis Santana y Adrián Hernández resultaron descalificados en la primera brega.
El arbitraje corrió a cargo de Pablo González, quien lo hizo bastante bien y no influyó en el marcador, aunque debe moverse un poquito más, para ver el desarrollo de las luchadas por ambos lados.
Comportamiento exquisito de dos aficiones que no pararon de animar a sus equipos, durante un choque intenso.