X
Festival Internacional del Cuento>

Relatos que buscan ser escuchados

   

Ernesto Rodríguez Abad dirige el Festival del Cuento de Los Silos. | DA

SANTIAGO TOSTE | SANTA CRUZ DE TENERIFE

“¿Qué otra cosa es un cuento que una reflexión sobre lo que sentimos y lo que somos; sobre nuestra forma de enfrentarnos a la tristeza, a la alegría, al amor, a la vida, a la muerte? Un cuento es sentir lo que sintió otra persona ante las cosas que nos preocupan”. Ernesto Rodríguez Abad, director del Festival Internacional del Cuento de Los Silos, define de esa manera la razón de ser de esta experiencia, cuya decimosexta edición acaba mañana en el municipio de la Isla Baja.

Desde el martes, Los Silos es un paraje encuentado, y en cada plaza, cada calle, cada casa, se escuchan un sinfín de relatos. Historias cercanas, de narradores como Juan Manuel Moreno, Carmen Cabeza, Juan Carlos Pérez Toste, Andrés González Novoa, Güicho, Laura Escuela o Pepa Aurora, y otras para las que es preciso que nuestra imaginación viaje algo más, como las de Carles García Domingo (La Rioja) o Carles Cano (Valencia). O mucho más, como las de Nicolás Buenaventura (Colombia), Roberto Anglisani (Italia), Antonia Jaster (Alemania), Mercedes Alfonso (Cuba), Pedro Lopes (Portugal), Juan Madrigal (Costa Rica) o Ifigeneia Kakridoni (Grecia).

El criterio para seleccionar a los narradores ha sido lo diferentes que son unos de otros

“El criterio para hacer esta selección de narradores -apunta Rodríguez Abad- fue precisamente el de que entre ellos exista disparidad, en la forma de concebir el cuento y en la de enfrentarse a un público”. “Porque en el arte no hay una única manera de hacer algo -continúa-: el arte es libertad, y también un compromiso real con lo que haces”.

El director del festival, que este año está dedicado a los hermanos Grimm, explica que si hubiera que buscar una temática común a este torrente de narraciones, sería la intimidad. “Con esa idea -argumenta-, este año tenemos a los susurradores. Y es todo un espectáculo, porque llega un momento en que el auditorio en cuestión se llena de tubos, para que los artistas puedan susurrar poemas a la oreja del público”.

La programación abarca propuestas dirigidas a todas las edades. | DA

Dentro de esa búsqueda de intimidad también figuran los Cuentos en el tresillo, una propuesta donde cuatro espectadores y un narrador se sientan en el tresillo de una casa silense y, “al tiempo que degustan un licor casero o una infusión, disfrutan con un relato”. Algo similar ocurre con los ya conocidos Zagüanes de Música y Cuentos, y también con los Cuentos y Música para Bebés. “Aquí el único requisito -detalla Ernesto Rodríguez Abad- es que no puede participar ningún adulto que no vaya acompañado de un bebé”.

Este año la cita ha perseguido lograr la “intimidad” entre el público y el cuentacuentos

“Cuando recuerdas el primer cuento que te cuentan -explica-, siempre está vinculado a la voz de una madre, de un padre, de un abuelo…; al cariño que conlleva la relación familiar. Y eso es lo que hemos querido trabajar en este proyecto: la ternura asociada a la palabra”.

Historias para mujeres, cuentos de misterio y de miedo o de erotismo; una feria del libro donde continente y contenido atrapan al lector; una exposición de ilustradores y un curso para ellos, otro para docentes y otro más para universitarios… Los Silos es hoy una villa repleta de cuentos que buscan personas que quieran escucharlos.