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Como ya nos advirtió Stuart Mill, los recursos de que disponemos no son ilimitados, así que deberíamos mostrar cierta preocupación para que nuestro crecimiento sea eso que los modernos llaman “sostenible”. Y no hay nada que sea más insostenible que la incoherencia. La concentración de poder de decisión y de capacidad de intervención en las administraciones públicas locales ha sido, en la últimas décadas, indiscutible. Que sea un poder legitimado por la democracia no le excluye de la estupidez. Y a la vista de los resultados, con un cuarto de millón de canarios al borde de la extinción, como los escarabajos, podríamos decir que se han lucido. Cuando escucho a algunos pedir más Estado (es decir, más gobiernos y más funcionarios y más administración) no es que me pregunte de dónde piensan que se puede pagar, sino cómo se puede proponer que la cura de un ahogado sea sumergirlo en un tanque mayor y con más agua.

Los procesos de crecimiento económico atraen más población que demanda más infraestructuras y servicios y provoca nuevas tasas de crecimiento y de atracción de masa laboral e inversiones de capital. La lluvia de millones de que nos llegado en las últimas décadas ha rescatado a Canarias del pasado y ha mejorado los equipamientos públicos, las carreteras, los puertos y aeropuertos… Pero los últimos datos demuestran que ya no hace falta que nos preocupemos por la superpoblación de las islas porque mucha gente se está mandando a mudar. Aquí no solo no hay trabajo sino que no parece que lo vaya a haber por mucho tiempo.

Y esa es la cosa. El problema de estas islas no está situado en el contexto de las decisiones que está meditando el nuevo Gobierno del PP, más allá de que nos matarán -así de simple– si no nos siguen dando la papita suave de las subvenciones. El problema real es que no hemos construído un negocio eficiente que pivote alrededor del turismo, una industria y una agricultura que aproveche esos millones de consumidores que llegan cada año. Así que cuando alguien presuma delante suyo de lo mucho que ha progresado Canarias, de nuestras grandes autopistas (sin tren), de nuestros menores impuestos (con la cesta de la compra de las más caras de España), de nuestra Educación (con pibes barra pibas que no saben ni hablar)… Dígale que sí. Que es verdad. Que nos hemos gastado el dinero de Europa para estar a la cola de Europa. Brillante.
Twitter @JLBethencourt