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“La mejor forma de vender Canarias es hacer ver que es Europa”

El fotógrafo Roberto de Armas durante la tertulia de "Las Mañanas del Mencey"

MARTA PLASENCIA | SANTA CRUZ DE TENERIFE

“La mejor forma de vender Canarias es hacer ver que es Europa y también un paraíso”. Y seguro que Roberto de Armas encontraría la imagen adecuada para esto. “Todavía no hemos sido capaces de vender esa idea”.

Las Mañanas del Mencey tuvo hoy como protagonista al fotógrafo Roberto de Armas, que compartió anécdotas y vivencias con Leopoldo Fernández, José Manuel Pardellas; Carmelo Rivero y, el presentador de la tertulia, Óscar Herrera.

La trayectoria profesional de este fotógrafo tinerfeño es amplísima, trabajando para los diarios El País (El Semanal) y El Mundo y con reconocimiento internacional tras ganar el 2º premio al mejor libro de fotografía gastronómica del mundo por Canaritapa, junto a Rogelio Quintero.

Roberto también es el encargado de la campaña fotográfica de Las Mañanas del Mencey, uno de los trabajos que más ilusión le hacía. “Tenía muchas ganas de hacer esta foto de ustedes, porque les oigo y porque me lo pasé en grande, y me parece un formato muy divertido”, afirmó. “Tenerlos en mi estudio y ver que hablábamos de todos y tenemos ideas muy parecidas” me gustó mucho.

Aunque en media hora de programa solo pudimos disfrutar de ‘la punta del iceberg’ en cuanto a anécdotas de este gran fotógrafo canario, pudimos conocer, por ejemplo, su pasión por la Isla de Pascua, cuyos moais ha retratado infinidad de veces, gracias a su espíritu aventurero. “Siempre he tenido una especial inclinación a las aventuras y la vida me las fue dando. He tenido suerte”, cuenta.

Con una infancia vivida entre Tenerife y Venezuela, donde iba de excursión a la selva con su padre, quedó prendado de las islas del Pacífico gracias al cine. “Cuando tenía 12 años ponían una película de navegantes, “Rebelión a bordo”, con Marlon Brando, y que salía Tahití, pero como era para mayores de 18 tenías que ir a ver la película en el Cine Toscal, y me quedé extasiado. “Yo tengo que ir a este sitio”, pensé”.

Una de las anécdotas más divertidas de las que se pudo disfrutar en la tertulia fue, sin duda, aquella en la que Roberto cubrió como ‘freelance’ el 400 aniversario del descubrimiento de las Islas Marquesas. De Armas decidió adelantarse a todo el “contingente” de españoles y llegar a las islas días antes. “Llegó el día de la celebración y solo estaba yo. El jefe de la tribu, al ver que no venía nadie, me nombró representante español y me sentaron en un trono junto al rey”, ríe. “Tras tres horas de danza por fin me dieron permiso para trabajar y tomar las fotografías. Era exactamente igual que la escena de aquella película de Marlon Brando”, continúa Roberto.

La mejor foto

Para Roberto de Armas, la foto que más le llena de orgullo entre las miles que ha sacado a lo largo de su vida, es la de un cazador de cabras en otra isla del Pacífico. “Había ido a realizar un reportaje sobre una bahía, estaba en la parte alta, con viento y oí un ruido. Me giré y vi a un hombre en un caballo, con un saco chorreando sangre”. Por las condiciones que se dieron en ese instante, “nunca voy a poder hacer de nuevo esa fotografía”.

“Los muertos no venden”, comenta más tarde cuando los tertulianos le preguntan por aquel proyecto sobre los guanches. “Llevamos años con eso y no hay manera con o sin dinero. Es un problema de mentalidad”, afirma. “Todo el mundo se quedaba encantado de ver de dónde veníamos pero después, cuando enseñé el primer cartel que hicimos de las momias, me decían que los muertos no venden”. Para Roberto, la cultura aborigen canaria “sería millonaria, pero como en eso (en vendernos) somos catetillos, no ha salido nunca. No ha pasado de la puerta, y los informes q te dan son como los de Unelco: dígame lo que ha gastado”. Y se podría hacer con poco dinero, afirma.