EFE | Ginebra
El presidente del Banco Nacional Suizo (BNS), Philipp Hildebrand, dimitió este lunes tras haber sido acusado de enriquecerse especulando en el mercado de divisas con información privilegiada.
Hildebrand contaba hasta hoy con el apoyo del Consejo Federal (Gobierno suizo) y de la dirección del BNS, quienes habían aceptado sus disculpas públicas y daban por buena las dos investigaciones que lo exculparon de cualquier falta.
Acosado sin descanso desde hace más de una semana en la prensa y en los círculos políticos, Hildebrand decidió hoy dimitir con efecto inmediato, según un comunicado que emitió el banco sin previo aviso.
En el comunicado se anuncia que el hasta hoy presidente del BNS hará una declaración pública esta misma tarde para explicar su decisión.
La noticia estalló la semana pasada, cuando la prensa publicó que el Consejo Federal había solicitado dos investigaciones (una pública y otra privada) para determinar si Hildebrand o su entorno familiar habían cometido alguna falta al especular y enriquecerse en el mercado de divisas usando información privilegiada.
Ambas investigaciones exculparon al directivo, pero señalaron como dudosa una transacción en que su esposa, Kashya Hildebrand, había comprado 500.000 dólares tres semanas antes de que el BNS estableciera un cambio fijo entre el euro y el franco suizo que revalorizó el dólar, lo que conllevó una cuantiosa ganancia para la pareja.
De hecho, las investigaciones revelaron que sólo en el 2011, el matrimonio realizó transacciones en el mercado de divisas por valor de 2 millones de francos.
Hildebrand concedió una rueda de prensa el pasado jueves en el que asumió errores, pidió disculpas y asumió que desde el punto de vista moral podía cuestionarse su comportamiento y el de su esposa, pero afirmó que ello no implicaba que hubiera decido dimitir.
No obstante, especificó que sólo dimitiría en caso de perder el apoyo del Consejo de Administración del Banco o del Consejo Federal.
Se desconoce si alguna de estas dos instituciones le ha retirado su apoyo.
La polémica ha levantado ampollas en Suiza no sólo por el cargo de Hildebrand, sino porque una vez más, se ha violado el sacrosanto secreto bancario, dado que las cuentas fueron robadas por un funcionario del banco donde está depositado el dinero de la pareja.