El concejal de Urbanismo > José Carlos Alberto Pérez-Andreu

Uno de los secuaces más insaciables y que más gasolina arrojó públicamente sobre el caso Las Teresitas, resulta que es hoy el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz: José Ángel Martín. Segundón y radical, fue una de las piezas más enigmáticas que decidió tragarse Julio Pérez para ser cabeza de lista del PSOE, y Bermúdez (no conviene olvidarlo) para ser alcalde del consistorio capitalino. Martín, de la histérica cuerda de López Aguilar, es hoy un manso cordero a la sombra del poder que ejerce desde la gerencia urbanística y de una suculenta nómina que le ha calmado aquellos nervios que demandaban diazepam por los cuatro costados.

Tal y como se están sucediendo hoy los levantamientos por el delito de cohecho a los principales actores que José Ángel Martín acusaba entonces de auténticas atrocidades (léase Miguel Zerolo, Ignacio González, Antonio Plasencia, más todo tipo de concejales y funcionarios, entre otros…), me pregunto qué actitud debería adoptarse con este concejal si todo el follón político y personal que fomentó con furia, y con cuatro desalmados más, queda en nada o casi nada. ¿Hasta dónde es ético y aceptable que cualquier personaje pueda inmiscuirse en la vida de un municipio entero llegando a paralizarlo? ¿Hasta dónde se lo debe permitir su actual alcalde? ¿Hasta dónde se lo debe permitir su formación política? ¿Hasta dónde lo pueden tolerar los vecinos de Santa Cruz? La estrategia del PSOE fue echar toda la mierda posible sobre la administración Zerolo. Que se demostrara que se habían mamado el copón divino. Y si no era posible, que lo pareciera. En esa infame táctica, Santa Cruz importaba un pimiento. El PSOE juanfernandista (enrazado hoy con el de Julio Pérez) quería arrasar de la faz de la tierra a todo lo que oliese a Zerolo. Y lo consiguió. El precio fue que Santa Cruz se quedara en el ostracismo más absoluto, víctima de una parálisis judicial. Pero al actual jeque de urbanismo, aquello le dio exactamente igual. Si el verdugo que hoy ostenta la cartera de marras no dimite, que no lo hará jamás, ¿lo deberían cesar?, ¿quién? Lo que si parece obvio, es que un personaje que lió la que lió, y puso al municipio que representa en el vagón de cola, no puede pasar inadvertido ni social, ni políticamente. Sobretodo, si el procedimiento de Las Teresitas se resuelve en la dirección que ya se está dirimiendo. No me atrevo a decir por dónde, pero aquí tiene que haber un escarmiento por algún lado. Yo (y ahora sólo hablo de mí) no me resigno a que la concejalía de Urbanismo de mi municipio, la ocupe un individuo al que el futuro de Santa Cruz le ha traído al pairo hasta que él no ostentó responsabilidades de gobierno. Y este es un asunto que me revuelve el estómago.

josecarlosalberto@gmail.com / twitter/@jc_alberto