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El riesgo de vivir en la autopista

El muro exterior de la casa lleva más de un mes destrozado a la espera de una nueva reconstrucción. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | La Orotava

Tener como vecino a una autopista puede tornarse en ocasiones como un ejercicio de convivencia tremendamente complicado y peligroso. Más aún, si la distancia que separa la vía de la vivienda es de tan solo dos metros. El ruido, el peligro que se corre al entrar a la vivienda, y el riesgo de un choque, son los compañeros de vida de muchas personas que en el Norte de Tenerife residen puerta con puerta con el tigre de cemento.

El orotavense Nemesio Luis González, lleva media vida residiendo a los pies del tramo de la autopista del Norte (TF-5) a su paso por la entrada a La Orotava, en un casa cuyo muro ha visto derrumbarse en más de siete ocasiones como consecuencia del choque de los vehículos, con el correspondiente riesgo que supone para su integridad. La causa principal es el aumento del caudal del agua que atraviesa la autopista cuando llueve, ya que produce unos charcos que facilitan la creación del aquaplaning.

Lluvias

Cada vez que se producen lluvias se genera la posibilidad de accidentes graves que, en ocasiones, han causado la muerte de alguna persona. Hace aproximadamente un mes, el muro exterior de la vivienda de González, jubilado y único morador, se vino abajo tras la colisión de un vehículo contra la pared. “Recuerdo que me encontraba con la perra que tengo en la azotea y sobre las 10 de la mañana oí un fuerte estruendo; bajé corriendo y había una chica joven llorando con su coche metido en mi casa”, recuerda Nemesio González. El intrépido vecino, que a pesar de los continuos inconvenientes se niega a abandonar su casa, cuenta que desde que se produjo el accidente la policía y los peritos se personaron en su vivienda para solucionar una vez más el continuo problema.

Accidentes

“Me dijeron que dentro de unos días vendrían a arreglar la pared; el seguro lo paga y aunque pasen cosas como estas seguiré viviendo aquí, donde he estado siempre con mi familia”.

El acceso a la vivienda es tan complicado como su propia localización. Cada vez que alguien quiera entrar a la casa lo tiene que hacer por la autopista y actualmente la puerta de la entrada está rota a causa de los choques, por lo que urge una solución definitiva a este obstáculo. Formaciones políticas como Izquierda Unida en La Orotava llevan desde 2009 solicitando al Cabildo de Tenerife y a la Corporación villera responsabilidad para este peligroso problema.

Incluso, se han producido en la vía numerosos accidentes mortales como el del malogrado y joven periodista orotavense Cosme Orta, fallecido el 21 de mayo de 2007.

Día a día con el peligro

Nemesio González ha sido el único en aguantar tantos años en su casa de la autopista. Los pocos vecinos que durante años compartían comunidad, ya se han ido a otros lugares más seguros.

Aunque es consciente del riesgo que se corre cuando se convive con el peligro, jamás ha pensado en abandonar su casa aún teniendo la posibilidad de hacerlo. “Suelo venir por las noches a dormir ya que durante el resto del día estoy haciendo mis cosas por La Orotava. Por las mañanas al levantarme arreglo el jardín, le doy de comer a mi perra y salgo; el ruido es molesto pero cuando bajo a la planta de abajo no se oye casi nada”, indica el amable vecino.

Este auténtico punto negro, dependiente de las condiciones climáticas sigue sin encontrar una solución efectiva.