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Iban a cruzar el Atlántico a remo y pedales y fueron rescatados tras 40 millas

Imagen de la Lydia Rose, la embarcación que quedó al pairo, junto a sus dos tripulantes. | DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

La corta peripecia sufrida por los que aspiraban a la odisea de cruzar el Océano Atlántico en una embarcación a remo y pedales para terminar siendo rescatados tras recorrer 40 millas desde que salieran de Gran Canaria pone en evidencia -una vez más- la necesidad de que una tasa grave los servicios de emergencias requeridos por imprudencias y/o negligencias. Como adelantó DIARIO DE AVISOS, el Ejecutivo autonómico ya estudia su inminente aprobación.

Por lo que respecta a este nuevo episodio, a los dos tripulantes británicos de la piragua en cuestión hubo que dedicarles los servicios de la embarcación de rescate Salvamar Menkalinan, de Salvamento Marítimo, desde las seis de la tarde del pasado jueves hasta las siete de la mañana de ayer. La duración del rescate se debió en parte a que la piragua, de algo menos de siete metros de longitud, se le había roto el timón y se encontraba sometida a un oleaje considerable.

A pesar de que tenían previsto recorrer las 2.602 millas náuticas que separan Mogán (Gran Canaria) de Port St Charles, en Barbados, los dos aventureros, llamados Kieran y Shaun, se quedaron en apenas 40. Eso sí, tendrán que abonar los aproximadamente 3.000 euros en los que se calcula el coste del rescate, que en esta ocasión tendrá que ser abonado ya que, según las normas marítimas internacionales, deben ser pagadas por el rescate de la embarcación. Por contra, si se hubiera abandonado la piragua o ésta se hubiera hundido, nada tendrían que pagar, ya que tales normas entienden que salvar vidas no tiene precio.

Ni idea de dónde estaban

En Salvamento Marítimo de Canarias no les sorprende lo acaecido. Es más, hace unos días se destinó otra embarcación para el rescate de un velero que, con bandera estadounidense, alertó de que se encontraba al pairo.
Según fuentes oficiales, dar con el velero fue complicado ya que su tripulación ni sabía dónde se hallaba, y sólo atinaba a situarse en algún punto “entre La Palma, La Gomera y El Hierro”.

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Polémica motivada

Anunciada una tasa. DIARIO DE AVISOS adelantó hace dos semanas que el Gobierno de Canarias prepara una tasa para gravar las imprudencias que impliquen faena a las emergencias.
wEl agujero, un símbolo. Fue el 20 de septiembre de 2010. Un joven alemán acude a la lagunera playa de El Arenal y, en vez de disfrutar de la compañía de su novia, hace tal agujero en la arena que acaba sepultado. Hubo que movilizar hasta un helicóptero para salvarle la vida.

La nieve y los disparates. Un clásico del incivismo canario, repetido año tras año a poco que nieve. Fue tal el desmadre a mediados de la década pasada, cuando hubo que rescatar a decenas de personas que no respetaron las alertas y quedaron atrapadas camino del Teide, que el Cabildo ahora activa per se un operativo de control. Los grancanarios, mucho menos avezados, batieron todos los récord el año pasado al quedar un centenar de vehículos atrapados por una nevada de marzo.

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