JUICIO CON JURADO DEL ‘CASO YURENA’ >

Los tíos de Yurena, declarados culpables de su asesinato por unanimidad

El jurado entiende probado que esta pareja es responsable de martirizar a su sobrina para quitarle el bebé. / F. P..

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Un veredicto condenatorio unánime y contundente. Así decidió anoche el jurado popular que durante los últimos nueve días se ha seguido en la Sección Segunda de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife contra Ángeles y Daniel, los tíos de Yurena, la joven de 27 años que vivió con ellos más de un año y cuyo cadáver fue hallado en la casa del güimarero Barrio de La Hoya el 18 de febrero de 2010.

Pasaban las diez de la noche cuando el portavoz desgranó, a través de las preguntas recogidas en el objeto del veredicto, que entienden como probados que los dos imputados citados asesinaron, maltrataron de forma continua y detuvieron ilegalmente a su sobrina con el objeto de hacerse con su bebé dado que no podían tener hijos, en uno de los crímenes más horribles que se recuerdan en la Isla desde hace lustros. Incluso, informaron desfavorablemente sobre la posibilidad de que Ángeles y Daniel puedan acogerse a suspensión o indulto de la pena que la magistrada-ponente fijará en breves días.

Así las cosas, la Fiscalía no dudó en elevar su petición de pena hasta un total de 36 años de cárcel para cada uno, solicitud a la que se adhirieron las acusaciones particulares. Las defensas, por su parte, pidieron que se fije las penas en el grado mínimo que corresponden a los delitos considerados como probados.
En cuanto a las indemnizaciones, la Fiscalía solicita 250.000 euros a abonar conjunta y solidariamente por los acusados al hijo de la víctima, mientras que la acusación particular elevó la cifra a 300.000. Por su parte, las defensas estimaron que la cantidad adecuada sería de 50.000 euros.

Como recordarán los lectores, los hechos se remontan a febrero de 2010, cuando se produjo el fallecimiento de Yurena. Tras once días de investigación, la Guardia Civil procedió al arresto del referido matrimonio, que posteriormente sería acusado por la Fiscalía de ser autores de los referidos delitos de asesinato, maltrato continuado y detención ilegal por los que ahora han sido condenados.

En concreto, el Ministerio Público defendió en la vista oral -y el jurado entiende ahora como probado- que la pareja en cuestión habría aprovechado la soledad de Yurena tras dar a luz a su bebé para ofrecerle cobijo, cuando en realidad ocultaban su verdadero objetivo, que era desembarazarse de ella para quedarse con el pequeño.

A fin de llegar a tal fin Ángeles y Daniel aislaron primero a su sobrina para, en una terrorífica escalada, minar su personalidad con insultos y posteriormente con reiteradas palizas. El jurado entiende que el informe de autopsia realizado por los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, cuyo contenido desveló este periódico y en el que los forenses apreciaron todo tipo de señales de que Yurena sufrió durante meses un auténtico martirio a base de golpes, es uno de los pilares fundamentales en los que basan su decisión.

Otras pruebas que destacó el jurado fueron las declaraciones de los vecinos y la de una mujer que oyó a la acusada conversar en La Candelaria con otra mujer acerca de su intención de quedarse con el bebé.

Por contra, las defensas de los acusados, que han llevado a cabo con encomiable profesionalidad los letrados de oficio Roberto Elices y Francisco Beltrán, han resaltado para defender su solicitud de no culpabilidad que una trabajadora social de Güímar se entrevistó con Yurena a instancias de su madre y que no apreció señal alguna de malos tratos.

En este punto es menester puntualizar que dicha denuncia se archivó al no querer Yurena declarar contra ellos y que, de cualquier modo, en la vista oral ha quedado demostrado que dicho episodio tuvo lugar años antes de la muerte de la chica y que nunca volvió a producirse un contacto entre progenitores y vástago.

Tras conocer el fallo, el rostro en los familiares de Yurena entremezclaba cierto alivio con el profundo pesar que les aflige por la pérdida de la joven.

Mientras tanto, el pequeño Gabriel, ahora con 3 años y a quien sus tíos hasta pretendieron cambiar el nombre, permanece en su inocencia al cuidado de sus abuelos maternos y ajeno a tan terribles hechos.