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Nuevo gobierno, viejas formas > Fernando Clavijo Batlle

La política, como sucede con la vida, no es una ciencia exacta. Pero, igual que la vida, debe regirse por unas normas, unos códigos internos que faciliten su desarrollo y favorezcan su fin último: el servicio al ciudadano, la buena gestión de lo público.

Y precisamente el más importante de esos códigos, que es el de cumplir lo expuesto en el programa electoral, es el que más vulnerado ha sido por el Partido Popular inmediatamente después de haber ganado las Elecciones Generales el pasado noviembre.

Y no es que se haya matizado alguna de las propuestas. Es que se ha mentido descarada y sistemáticamente a los ciudadanos que votaron un programa electoral que se sustentaba en un eje principal: no subir los impuestos. Y se ha ejecutado tan solo un mes más tarde, haciendo añicos la promesa electoral más repetida por Mariano Rajoy y sus compañeros de partido en cualquier foro al que acudiera el Partido Popular.

“Subir los impuestos hoy significa más paro y más recesión, es darle una vuelta de tuerca más a las maltrechas economías de las familias y las empresas españolas”. “Mi intención es no subir los impuestos”. “La subida de impuestos no es necesaria, no se justifica y es profundamente insolidaria con las clases medias españolas”.

Creo que no son necesarias más frases textuales del actual presidente del Gobierno para darnos cuenta de cómo quienes se erigían en salvadores del país han iniciado su campaña copiando las peores formas del anterior Gobierno.

No es la primera vez que el PP miente, y, nos tememos, no será la última. Culminaron la etapa de Aznar con la mentira del 11-M y han iniciado su mandato con una mentira que no va a ayudar en absoluto al país, ni a su crecimiento económico, puesto que ahoga, cada vez más, a las clases medias, a los asalariados y pequeños empresarios que son quienes cargan a sus espaldas el mayor peso de la crisis.
La subida de impuestos, con nocturnidad, alevosía e incomparecencia del presidente Rajoy, ha sido justificada por el hecho de que el déficit es mayor de lo confesado por el Gobierno saliente.

Y eso solo puede significar dos cosas: o bien el Partido Popular no ha hecho su trabajo como oposición, tal y como obliga la Ley, o bien sabía que el déficit admitido por el Gobierno no se ajustaba a la realidad. Ambas cosas son graves. Ambas suponen una traición al ciudadano.

Los recortes que nos temíamos han llegado de la peor manera. Y su aplicación pone en una situación difícil a las administraciones más pequeñas y cercanas, los Ayuntamientos, que están asumiendo obligaciones que, de hecho, no le corresponden, pero que, dados los tiempos que corren no se pueden eludir.

Son las administraciones locales -al menos en La Laguna- las que ayudan a los ciudadanos a través de los servicios sociales, las que dinamizan la economía interior, las que facilitan la implantación de empresas… Preocupados por la situación y las repercusiones que va a tener en la calidad de vida de los laguneros y laguneras, la FAV Aguere ha solicitado que se convoque una asamblea extraordinaria del Foro Anticrisis para valorar los efectos de las medidas aplicadas por el Partido Popular e intentar buscar alternativas que los amortigüen. Ese es el ejemplo que dan la ciudadanía y los agentes socioeconómicos del municipio de La Laguna: implicación, transparencia, trabajo conjunto, colaboración en lugar de imposición. Una fórmula que sería recomendable que aplicara este nuevo Gobierno que empieza con maneras tan inadecuadas.

Fernando Clavijo Batlle es Alcalde de San Cristóbal de La Laguna