seguridad y emergencias >

Santana: “El Pevolca solo preveía erupciones en tierra”

Para Santana, a la hora de tomar decisiones lo primero es preservar la seguridad de las personas. / FRAN PALLERO

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Es un protagonista tan indiscutible como inesperado en la política canaria actual. El fenómeno eruptivo de El Hierro ha convertido su rostro y su hablar pausado en algo popular para la opinión pública de las Islas. A pesar de haber tomado decisiones muy comprometidas en medio de agrias polémicas, su imagen sale reforzada gracias a que ha calado su mensaje de que, al no existir una certeza científica, lo mejor es prevenir. Ahora que la erupción ha bajado en intensidad, el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias Juan Manuel Santana, recibe a DIARIO DE AVISOS en su despacho de La Esperanza para reflexionar, entre otros temas, sobre lo acaecido en la Isla del Meridiano.

-¿En qué etapa se encuentra la erupción en el Mar de Las Calmas?

“Los científicos aseguran que nos encontramos en una fase estacionaria. El resto de signos que van asociados a la erupción parecen haber remitido, ya sean las deformaciones, ya la emisión de dióxido de carbono, ya la sismicidad asociada… Nos alertaron al principio de que llegaría esta etapa, y así ha sido”.

-¿Cabe entender que la erupción ha entrado en su fase final? ¿Aquí se termina?

“No lo sabemos. Hace poco más de una semana estuvo de visita en las Islas, invitado por Involcan, un asesor del gobierno japonés en materia de vulcanismo, con gran experiencia en volcanes submarinos, y nos explicaba que estos fenómenos pueden durar desde horas hasta años. Dependerá de la cantidad de magma que haya en el fondo y si se sigue realimentando o no. Son los científicos quienes tendrán que estudiarlo y decirnos si está ocurriendo o no”.

-¿Cómo afecta tal circunstancia al dispositivo de seguridad?

“La erupción sigue totalmente monitorizada y estamos en contacto con los científicos las veinticuatro horas por si hay cualquier variación. Lo seguro es que, desde que se produzca algún tipo de situación de riesgo, volveremos a adoptar medidas de protección civil. Recordemos que sigue el semáforo rojo sólo en la zona de exclusión marítima, y el amarillo para el resto”.

-Su misión carecía de antecedentes fiables dado que la anterior erupción data de 40 años…

“Está claro que la experiencia actual es muy valiosa, porque hace cuarenta años la población se enteró de la sismicidad porque las campanas empezaron a sonar solas. Ni siquiera se adoptaron medidas reales de protección, al punto que hasta falleció una persona. El mundo ha cambiado, y la seguridad ha cambiado a mejor. Trabajamos con planes de protección, que se realizan siguiendo las normas internacionales aprobadas”.

-Pero, por mucho que se planifique, no dejan de ser papeles.

“Es verdad. Hemos tenido la oportunidad de llevar a la realidad lo que estaba planificado y ver si estaba en consonancia. Y, claro que sí, hay cuestiones que se han detectado y deben mejorarse”.

-¿Qué hemos aprendido para mejorar esos planes?

“El Pevolca era un plan para una erupción en tierra. Lo que ha pasado no lo contemplaba. Además el riesgo sísmico asociado no estaba bien perfilado, al punto que hemos tenido que tomar medidas del Pesican [Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo sísmico de Canarias]. También, la declaración de las alertas habrá de modificarse en función del riesgo real para la población. Ahora mismo, si hay erupción hay semáforo rojo, pero hemos comprobado que necesariamente no tiene por qué haber riesgo para la población. En temas de coordinación de los comités, creo que ha funcionado bien en líneas generales. Esa planificación previa ya encomendaba tareas y funciones a determinados órganos. En general ha funcionado, aunque luego es normal que existan discrepancias al respecto”.

-¿Ha faltado gente?

“Creo que no, pero insisto en que es normal que se produzca el debate porque al fin y al cabo es un fenómeno a estudiar. Tal y como está, la norma es clara en cuanto al Instituto Geográfico Nacional. Y luego el Pevolca contemplaba la presencia de científicos de otras instituciones como el Cabildo de Tenerife. Pero también se ha contado con otros a los que se ha invitado a sumarse. Hay que tener en cuenta que el Pevolca es un plan de protección civil y el comité científico está destinado al asesoramiento para que esas medidas de protección civil sean las adecuadas. No es un órgano de debate científico, que deberá producirse previamente o en paralelo, pero no en el Pevolca. No es su función. Científicamente, es un tema notorio y que a todos les gusta investigar, es normal que todo especialista en volcanología que haya en España pretenda participar. Y bienvenido sea todo el que pueda aportar algo, pero cuando se trata de protección civil no se puede estar perdiendo el tiempo”.

-¿Hubo muchas discusiones entre los científicos? ¿Hizo falta recordarles que primaba la toma de decisiones para proteger a la población?

“En general, los científicos presentes tuvieron sus debates y en alguna ocasión sus discrepancias, pero al final se ponían de acuerdo en cuáles eran los aspectos comunes mínimos a efectos de asesoramiento a la Dirección del plan, y eso es de valorar porque a veces se partía de posiciones distintas. Pero al final, se llegaba a esa posición común”.

-Lo acaecido en El Hierro ha tenido efectos secundarios, entre los que destacan las consecuencias económicas originadas por el cierre del túnel de Los Roquillos. ¿Ha detectado si esta obra presentaba deficiencias anteriores?

“Hay que entender que una cosa es el túnel y otra es la visera…”

-¿No son parte de la misma infraestructura?

“Sí, pero son dos cosas distintas. Siempre hablamos de riesgo sísmico por desprendimiento en las laderas si se producía determinado nivel de sismicidad. Como esos niveles eran alcanzables, había que tomar las medidas para que ese riesgo no ocasionase problemas a los ciudadanos. En aquel momento, en que no había esas mallas o esa visera, había que tomar medidas como las del cierre en determinados momentos. Felizmente, hubo desprendimientos pero no al nivel de afectar a viviendas o a las carreteras. Pero el riesgo existía y había que tomar medidas”.

-Pero insisto, ¿había inseguridad previa?

“Básicamente, en el tema de las laderas. Los escarpes que dan a la carretera de salida del túnel en la zona de Frontera son bastante pronunciados y así se refleja en los informes del Instituto. Hay zonas de inestabilidad por toda la Isla, pero en algunas había mayor riesgo en cuanto a esos movimientos sísmicos. Era un riesgo nuevo porque antes no había pasado nada parecido. Bueno, había desprendimientos pero por lluvias fuertes, no por movimientos sísmicos con tanta continuidad y frecuencia y en tanto número, con sus efectos acumulados y una magnitud que podía ir en aumento. Ante eso, había que tomar medidas”.

-¿Los canarios hemos tenido muchísima suerte al producirse la erupción donde ha tenido lugar?

“La verdad es que hemos tenido mucho suerte en cuanto a efectos en la población. Es verdad que hubo otros efectos de carácter económico para la población de La Restinga, que vive del mar, viendo mermadas su modo de vida. Pero a efectos de riesgo ha sido en una de las mejores zonas, aunque si hubiera sido más para El Julan pues mejor. Pero uno no puede elegir, la naturaleza es la que escoge”

-¿Y si hubiera tenido lugar en la zona Sur de otra Isla más poblada?

“Hubiera sido mucho peor. Está claro”.

-¿Qué resumen hace de la situación?

“En resumen, la actuación del plan ha sido la correcta. Las decisiones se tomaron contando con lo que se sabía en cada momento, que era lo que nos decían los científicos, y siempre intentando preservar antes que nada la seguridad de las personas”.

-¿Y mañana?

“Que la erupción termine cuando tenga que terminar, pero que no vaya más allá. Lo que sí nos anuncian los científicos es que posiblemente la emisión de hierro será considerable y eso va a ocasionar la multiplicación de esas bacterias que se alimentan del material que emite el volcán. Eso facilita la vuelta de la vida en una zona como el Mar de Las Calmas. Volverá a renacer”.