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Una frontera que ya traspasamos > Manuel Iglesias

El Instituto Nacional de Estadística ha dado a conocer las cifras de población del Archipiélago a uno de enero del 2011 y estas demuestran como se ha registrado un frenazo en el crecimiento importante que se veía produciendo en los últimos años, aunque aún los resultados sean un poco positivos.

Esta “pausa poblacional” tal vez no es mala, porque a las Islas le viene bien un parón natural del crecimiento demográfico, ante la realidad de un territorio que padece una presión muy importante. Puede ser conveniente el detenerse para intentan absorber y adaptar lo que se ha generado en los pasados años y que incluso en su momento dio lugar a polémicas tales como establecer r algún tipo de control poblacional.

Las Islas tienen más habitantes por varias circunstancias, desde el crecimiento por natalidad, al de la inmigración en sus distintas vertientes, con los trabajadores europeos, incluidos los españoles, que acudían cuando el buen momento económico, como a otros europeos, los que optaron por vivir aquí al retirarse más o menos completamente de la vida laboral en sus países. Y, claro está, la que ha llegado desde América y desde la cercana África y que aquí buscan construir su proyecto de vida.

La superpoblación se define como el exceso de individuos en un espacio determinado que en principio no ha sido considerado para recibir tal gran número y la mayoría de quienes se dedican a estudiarla están de acuerdo en que si se produce de manera descontrolada y sin que exista un ritmo entre el aumento y la capacidad de los recursos para dar respuesta a las necesidades, el crecimiento demográfico y su impacto o sobre el ambiente natural llevan inexorablemente hacia un desgaste de la Naturaleza y una pérdida de calidad de vida, e incluso en los vaticinios más catastróficos.

En el caso de las Islas, hay científicos que han señalado que hace años que hemos superamos el límite poblacional que podía admitir un territorio limitado como este, tanto en extensión como en recursos, desde suelo a agua, energía, alimentos, etcétera, y ya no se trataba de que estuviera apareciendo un problema, sino que este ya estaba instalado y se agravaba por el hecho de la dependencia externa que en mayor o menor grado tenemos en todos los renglones. ya somos incapaces de atender todas las necesidades de los que vivimos en Canarias si no “fabricamos” agua con las potabilizadoras que funcionan con petróleo que importamos, lo mismo que lo hacemos para las centrales eléctricas o traemos de fura comida, bebidas, productos de consumo de todo tipo, etcétera.

Ser muchos en un espacio no depende de una cifra aleatoria, sino de la capacidad de responder con el propio entorno a la mayor parte de las necesidades. Hace tiempo que nosotros pasamos esa frontera, probablemente con una ignorancia general que incluso nos hacía recibir con aplausos los sucesivos records -secretamente peligrosos- que íbamos batiendo.