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Besomancia, besos que saben a vino

Besomancia, una nueva protesta del Hotel Mencey. | DA

CRISTINA HERNÁNDEZ | Santa Cruz

Siempre he creído que para mantener la llama viva en las parejas hay que alimentarla con frecuencia. Día a día. Con pequeños detalles. Es cierto que San Valentín puede ser una fecha comercial, una fecha que alguien creó para vender. Sin ningún significado para muchos. Pero también es verdad que si no existiera ni siquiera tendríamos la excusa para dedicar un día especial a nuestra pareja. Algunos me dirán que ese día no es importante; que para demostrar el amor a tu pareja cualquier día es válido. Y tienen razón. Pero también es cierto que luego pasan los días, meses y años y ese día nunca llega. Siempre hay excusas: cansancio, trabajo, niños, etc. Yo creo que esperar ese día para ver con qué nos sorprende nuestra pareja debería se como el día de los Reyes Magos.

Así que para los que sí creen que ese día es importante y quieran disfrutar con su pareja de una tarde noche sensual, romántica y diferente les propongo Besomancia: el arte de besar bajo el embrujo de unos excelentes vinos canarios y suculentos platos en un cálido ambiente construido para un día tan especial. Una sugerente propuesta del hotel Mencey con motivo de San Valentín. Una cata para que las parejas se adentren en la magia de mirarse fijamente a los ojos y vivir una experiencia única. Revivir los mejores besos en una cata libre, sin miedos, relajada, de pasión contenida para promover todas nuestras emociones. Una experiencia para descubrir mejor los vinos volcánicos de Tenerife, disfrutar en pareja de los recuerdos de sus primeros encuentros.

Esta actividad no podría llevarse a cabo sin la mejor directora de orquesta, la sumiller Rasa Strankauskaite, que será la encargada de llevar a cabo esta original propuesta. El chef Juan Carlos Clemente será el encargado de elaborar un cuidado menú para una ocasión tan especial. Besos, vinos y deliciosos platos para una velada romántica. Rasa me cuenta que los asistentes a este ritual de sensaciones abrirán boca con el beso de bello despertar. Un beso de bienvenida, de educación; un beso de pico, alegre, suave… casi volado, perfecto con un vino espumoso de Güímar Brumas de Ayosa reserva seco, un vino iluminado, fresco, ligero, chispeante, alegre, suave; acompañado de gazpachito de papaya con cebiche de cherne y brotes tiernos.

La segunda propuesta es el beso de ternura, de costumbre, un beso que solo roza, lleno de ternura de la amistad, con un vino blanco de Tegueste Marba seco, un vino herbáceo, sabroso, seguro, limpio…, y con texturas de batata con espuma de queso y pesto de cilantro. Posteriormente llegará el beso devorador, un beso que quita el aliento, de deseo, que demuestra la ansiedad por seducir, y vendrá acompañado de un blanco poderoso de Güímar Contiempo Vidueño (cuatro variedades), un vino blanco todoterreno, que recuerda al mar embravecido, con carácter, lleno de especias y maresía, un embriagador viaje para los sentidos, y con bocado de atún con chutney de tomate y escacho de aguacates.

Tras este seductor momento llegará el beso de la rendición, ese primer beso que pasa la línea entre la amistad y el amor, que hace volar, subir la temperatura, y vibrar el aire con un rosado Contiempo (syrah), un caldo balsámico, de aromas florales de violetas y rosas. Sus aromas despliegan los fuegos artificiales en la boca y seduce para el resto de la vida. Para completar, un arroz cremoso con setas del bosque y velo de flores.

La velada continuará con el beso divertido de Carnaval, disfrazado, amable, que sabe a carmín y ron, con un tinto Monje Hollera maceración carbónica que hace sonreír; sabe a frutos rojos maduros, a plátano, inocente y amable en boca con alguna chispa divertida, y marida perfecto con magret de pollo de corral con estofado de plátano y salsa de mandarina.

Tras la diversión, otro momento inolvidable: el beso romántico, complaciente, sensual, para subir ritmo cardiaco, aderezado con un tinto femenino ecológico de Valle de Guerra Bronce 2010, caldo sedoso pero que rebosa carácter, muy sabroso, que toca el paladar con guantes de seda, persistente. Para degustar con un cochino negro asado con picardía de mojo colorado.

Y para concluir tan especial velada, el beso pasional, de glotonería, pleno, dulce, lleno de pasión, para dejarse llevar por un vino dulce de Malvasía Domínguez, aromático, casi comestible, exuberante, carnoso, elegante, que espera pequeñas impacientes locuras de canela, fresas y chocolate. Perfecto para degustar con un cremoso de chocolate Ambre Java con fruta de la pasión. Sin duda una velada para disfrutar, degustar y compartir.

Más información y reservas en el teléfono 922 609 900

Aquellas parejas que quieran disfrutar de una noche en el hotel una vez finalice Besomancia pueden hacerlo al precio de 110 euros en régimen de alojamiento y desayuno en habitación doble deluxe. La cita tendrá lugar el 11 de febrero, a partir de las 19.00 horas en las instalaciones del Mencey. El precio es de 70 euros por pareja.