DIARIO DE AVISOS | Nueva York
Vía Scientific American y Yahoo News
Después de los sistemas operativos, los navegadores de Internet, las consolas y el solitario ¿qué más le queda a Bill Gates por revolucionar? Mmmm… pues sí, el WC. Y es que aunque nos suene a coña marinera que quien fundó una de las empresas que revolucionó la informática se dedique ahora a financiar estudios sobre aseos resulta que según datos de UNICEF en el planeta hay más de 2.500 millones de personas que no tienen acceso a un water debiendo hacer uso de alternativas “menos tecnológicas” que nuestros sanitarios, lo que provoca innumerables casos de tifus, cólera, disentería y otras enfermedades.
Desde que se retiró de Microsoft no ha sido un jubilado más. Bill y su esposa Melinda, a través de la Fundación que lleva sus nombres, se dedican a emplear parte de su fortuna en diversas causas que permiten que los más desfavorecidos puedan tener un futuro.
En concreto durante el pasado verano financiaron con 3 millones de dólares a ocho grupos de investigación de Norteamérica, Asia, África y Europa con un desafío: gastar 42 millones de dólares en reinventar el water.
La alternativa a lo que todos tenemos en casa debe ser funcional en lugares en los que no hay acceso a conducciones de agua, sistemas de alcantarillado, suministro eléctrico… y su costo diario para uso y mantenimiento debe ser inferior a 5 centavos de dólar. Todo un reto.
Por el momento el equipo holandés está empleando microondas para transformar los residuos humanos en hidrógeno y monóxido de carbono que se conviertan en fuente de generación de energía eléctrica. Los británicos trabajan en un método de transformar los residuos en carbón. Los canadienses por su parte se han decantado por deshidratar las heces haciéndolas pasar por un sistema de rodillos y los estadounidenses proponen usar energía solar para convertir los deshechos en hidrógeno que pueda utilizarse en células de combustible.
Por último la Fundación Bill y Melinda Gates quiere que estos revolucionarios, autosostenibles y ecológicos WC tengan un elemento añadido, un elemento inspiracional que haga que por su funcionalidad y diseño la gente los desee hasta el punto de que se conviertan, según palabras de Frank Rijsberman, director de la iniciativa, en “el iPad de los sanitarios”. Vamos, que quieren inventar el iNodoro.