EFE | Castellón
La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a penas que suman casi treinta años de prisión al acusado de asesinar con una catana a la exconcejala de UCD en Castellón, Concha Roig, en mayo de 2010, y al pago de más de 97.000 euros de indemnización para los cuatro hijos de la víctima.
La sentencia, hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, fija para el acusado una pena de 24 años de cárcel por un delito de asesinato “con alevosía y ensañamiento”, 4 años “por un delito de robo con violencia” y 18 meses “por un delito de hurto continuado” con el agravante de “abuso de confianza”.
Asimismo condena a la madre del autor del asesinato, que trabajaba como empleada doméstica de la víctima, a un año y medio de cárcel por hurto continuado.
Tanto el autor del asesinato como su madre deberán indemnizar de forma conjunta y solidaria a los hijos de Concepción Roig con 20.681,28 euros y a la aseguradora AXA con 7.048,85 euros, según establece el texto.
La sentencia recoge como hechos probados que, aprovechando que la imputada trabajaba como asistenta de la exconcejala y ayudada por su hijo, el autor del asesinato, ambos se apoderaron desde “al menos noviembre de 2009″ de diversas joyas propiedad de la víctima, tasadas judicialmente en la cantidad de 28.729,28 euros.
Tras apercibirse del robo, la exconcejala despidió en abril de 2010 a la acusada “y a partir de entonces y a fin de reclamarle unas cantidades de dinero” los dos condenados “acudieron de forma concertada en diversas ocasiones” a casa de Concepción Roig y a las cafeterías que frecuentaba o llamando por teléfono.
La sentencia indica que, entre las 14.30 y las 16.30 horas del día 25 de mayo de 2010, el acusado, “con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito”, accedió al interior del domicilio de la víctima, en la calle Enmedio de Castellón.
Tras mantener una conversación, cuando ambos estaban en el recibidor de la vivienda, “con ánimo de acabar con la vida de Concepción Roig”, el condenado cogió una catana que tenía una hoja de 51 centímetros de longitud y 10 centímetros de mango.
Aprovechando “las nulas posibilidades de reacción” de la víctima, de 70 años, “y con la intención de aumentar el dolor y el sufrimiento de la misma de forma totalmente innecesaria”, le ocasionó con la catana “múltiples heridas-incido cortantes en la extremidad cefálica, cuello, región anterior del tórax, hombro y brazo izquierdos”.
El texto judicial añade que cuando la víctima “estaba desfalleciendo”, debido a las heridas causadas, “le clavó la catana” en el cuello, “lo que le ocasionó la muerte”.
Sobre el delito de asesinato, la sala “entiende que debe ser impuesta la pena en su mayor graduación” por la “brutal forma de realización”.
La resolución judicial constata que la diferencia “de edad y de fuerza” entre el autor del asesinato y la víctima era “tremenda” y resalta que “la confianza que la víctima había depositado en el procesado hace especialmente repugnante, reprobable y rechazable el hecho”.