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De la Rosa: “El dinero público tiene que estar en el sector cultural de manera importante”

CREATIVACANARIA.COM | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Cristóbal de la Rosa, coordinador general de Cultura del Cabildo de Tenerife, apela a la unidad del sector para hacer frente a los complicados momentos por los que atraviesan empresas y creadores. “Tenemos que impulsar el sector todos a una e intentar demostrar a la sociedad que la Cultura tiene un valor importante y evitar esa sensación de que si

foto de archivo de Cristóbal de la Rosa. | DA
e pierde un festival u otro no va a pasar nada porque a la sociedad no le importa”. De la Rosa también defiende la inversión pública máxima en Cultura como cosencuencia inevitable del sentido propio del Estado de Bienestar.

– ¿Cómo valora el momento actual del sector cultural, tanto en el ámbito privado como institucional, en las Islas Canarias?

– Todo, no sólo el sector cultural, está mediatizado por el momento de crisis que estamos atravesando y que ha llevado a un descenso importante en los presupuestos públicos. Eso ha significado menos apoyo público a un montón de áreas y desde luego menos apoyo público a la Cultura. Desde el sector cultural nunca se valora como adecuado el momento que se vive, pero sí que es cierto que durante los últimos años aquí en Canarias se ha notado la inversión pública en la medida de que han proliferado pequeños festivales y también encuentros de más calado, como puede ser el SILA. Esta importante oferta ha surgido después de años de invertir una cantidad importante en Cultura y en todo el movimiento que genera la Cultura. En general, en toda España, el hecho de que la Cultura se haya descentralizado y no sea sólo una cuestión que gobierna el estado central, ha beneficiado en la proliferación de ese tipo de acciones en todas las comunidades autónomas. La descentralización de la Cultura ha contribuido en una explosión de acontecimientos culturales que no se había dado nunca en este país. Todo esto último, haciendo una valoración de los diez años recientes, porque el momento actual sí está muy mediatizado por la crisis.

– ¿Usted es de los que piensa que en Canarias no hay posibilidad real de mantener una estructura cultural amplia y diversa sin el apoyo institucional?

– Lo que hay que dejar claro es que de lo que se discute ahora es el apoyo público, porque la Cultura existirá siempre se le apoye o no, porque es connatural al ser humano. Lo mismo ocurre con el arte. Ahora bien, el apoyo público a la Cultura desde el Estado del Bienestar tiene que ver con la necesidad de garantizar el acceso de servicios artísticos y culturales al máximo número de personas en una determinada población. Yo creo firmemente en eso. Me parece un ejercicio importante de los poderes públicos el que las manifestaciones culturales, incluso aquellas que son minoritarias, puedan llegar a toda la población posible. Y éste es el núcleo de lo que hacemos en relación al apoyo de la Cultura, además de que consideramos que Cultura tiene que ver con lo que nos define como pueblo e individuos. Dicho todo esto, lo que parece obvio es que el dinero público tiene que estar en el sector cultural y tiene que estarlo de una manera importante, porque si no tiene una presencia notable, no servirá de nada. Si al final los presupuestos son tan pequeños que se impiden políticas culturales que tengan impacto, entonces sí que no tienen ningún sentido. Esos recursos tienen que existir y tienen que existir de una manera importante. Otra cosa es si los políticos que hemos tenido responsabilidades sobre los programas culturales y las personas que trabajan en el sector, hemos actuado en la dirección que en ningún momento vimos pero que ahora en tiempos de crisis nos hubiera permitido tener un sector fuerte para sortear mejor las dificultades actuales. Son dos temas distintos, a lo mejor no lo hemos hecho de la mejor manera posible, pero otra cosa es que no sea necesario el dinero público para la Cultura. Son dos discusiones y creo que no merece la pena mezclarlas y sí valorarlas cada una en su justa medida. E insisto, incluso desde el punto de vista de la responsabilidad personal. Una cosa es que yo pudiera hacerlo mal y otra bien distinta es que se discuta que el Cabildo tiene que apoyar la cultura. Por supuesto que el Cabildo tiene que apoyar la Cultura y lo va a seguir haciendo. En este sentido hay otro aspecto sobre el que a mí me gustaría reflexionar cuando se dice que “si pongo dinero en Cultura no lo puedo poner en Políticas Sociales”. Yo defiendo que la Cultura es una política social, sólo hay que mirar para Latinoamérica. Lo que se está haciendo allí con la Cultura, por ejemplo en Colombia, combatiendo incluso conflictos armados en las calles con Cultura, es una herramienta de Política Social de primer nivel. Otra cosa es que se diga que ahora mismo la prioridad está en las políticas de asistencia social y en eso creo que estamos todos de acuerdo, pero nunca se debe olvidar que la Cultura es una Política Social. Creo que es fundamental en estos momentos, sea cual sea las dificultades que atravesemos, que el sector se mantenga unido para demostrar a la sociedad que la Cultura es importante, que no quede la sensación de que si se pierde un festival u otro, de mayor o menor importancia, no va a pasar nada porque a la sociedad no le importa.

– ¿Ha dado tiempo para saber cuál es el camino correcto de actuación tanto desde las instituciones públicas como desde los distintos agentes de sector?

– No. Sobre todo porque no hemos tenido la tranquilidad necesaria. Uno de los graves problemas que tenemos las personas que nos dedicamos a esto es que tendemos a teorizar en exceso. Cuando nos reunimos, en el entramado teórico nos ponemos de acuerdo relativamente rápido pero luego damos pocos pasos prácticos reales. Por ejemplo, en la coordinación administrativa. Gobierno, Ayuntamientos y Cabildo ahora tenemos la obligación de coordinarnos de manera que no dispersemos esfuerzos y que no sometamos al sector cultural a una especie de peregrinar constante por todas las administraciones a ver quién lo apoya. Esto hay que hacerlo de manera inmediata, llegando a acuerdos entre instituciones que nos duren al menos durante cuatro años para luego valorar su validez. Una de nuestras obligaciones es regular y aclarar el panorama.

– Parece extraño que no se haya hecho todo eso hasta ahora…

– Parece absurdo, la verdad que sí. Mira, yo me levanto todas las mañanas y me asombro de que no sea capaz de hacer las cosas mejor. Lo digo totalmente en serio. Y hablo de mi propio trabajo, no de otra persona. Es cierto que hay un montón de tareas que no hemos hecho. Un ejemplo concreto, la Ley de Mecenazgo, que no es algo que haya que plantear para dentro de cuatro años, sino que se ha convertido en una urgencia absoluta. También necesitamos urgentemente la Ley de Patrimonio Cultural y la Ley del Libro. Es lo que hay que hacer. Y estoy hablando de plazos breves, de unos pocos meses como mucho. Lo que pasa muchas veces es que nos devora el día a día y quizás no atendamos a los asuntos que realmente son importantes para sentar unas bases.Con todo, además, lo que tenemos que evitar es que la peregrinación de agentes culturales para lograr los apoyos necesarios. A lo mejor hay que hacer una ventanilla única de proyectos y que sea la administración la que decida. Ahora bien, lo que nunca me ha pasado, y mira que recibo a empresas con proyectos en mi despacho, es que alguien me hable mal de las personas que tienen que tomar las decisiones. Nadie nunca me han hablado en contra de alguien.

– Con la aplicación de 64% del recorte presupuestario para la Cultura desde el Gobierno de Canarias, ¿Cuál es su vaticinio? Hay análisis de apaga y vámonos…

– Es muy duro, pero ese análisis no lo hago. Creo que el sector es más grande de lo que muchas veces vemos los que estamos aquí metidos. Posiblemente, la amplia mayoría de artistas canarios no haya recibido nunca una subvención o patrocinio de manera directa.

– Bueno, pero participar en un Festival, por ejemplo, que sí tiene ayudas públicas, sí es recibir ayuda de manera indirecta…

– Ahí sí tenemos un problema importante. Es como lo que pasa aquí en TEA. Disminuir la aportación a TEA, lleva a problemas muy serios a todas las empresas proveedoras que están con nosotros, desde los restauradores, hasta los mismos artistas. Yo no vaticino una debacle tan grande, pero desde luego está siendo muy duro y tendremos que tomar decisiones tremendamente difíciles en la esfera de lo privado y lo público. Tendremos que hablar de todo, de la micro atomización que tenemos en el sector, donde prácticamente todos somos una empresa, y, repito, de la coordinación entre las administraciones. De cómo se están distribuyendo las ayudas y a qué tenemos que ayudar.

– ¿Con qué sensación se trabaja como gestor cultural en el Cabildo de Tenerife?

– Yo me siento totalmente apoyado por Ricardo Melchior. En ese sentido, el presidente ha intentado siempre que la reducción presupuestaria que ocurriera en Cultura fuera siempre similar o incluso inferior a las que se han dado en otras áreas del Cabildo. Además, Ricardo siempre ha tenido una consideración personal de que toda sociedad realmente avanzada debe tener estructuras sólidas dedicadas a la música, al teatro y a las artes. En ese sentido me siento un privilegiado por poder trabajar con él.