NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife
La crisis no respeta a nada ni a nadie, ni siquiera a los que se dedican a ayudar a los más necesitados. La ONG La Despensa es una de las víctimas de esta situación enfrentándose a un desahucio del local donde realiza su labor de reparto de alimentos y con a penas 100 euros en su haber que “lo dedicaré a gasoil para poder repartir los 1.200 kilos de comida que están esperando en el camión”, Óscar Gutiérrez, responsable de la ONG y que ayer fue recibido por el consejero delegado del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS).
Esta reunión sirvió para trasladar al Ayuntamiento las necesidades actuales del colectivo, “el consejero se limitó a tomar nota de las peticiones y se comprometió a trasladarlas al concejal responsable, José Manuel Arocha” señaló Gutiérrez. Una oficina para seguir desempeñando su labor de reparto de alimentos, un almacén donde guardar los productos y “una pequeña dotación para pagar el agua, la luz y el gasoil”.
La Despensa repartió en 2011 110 toneladas de alimentos, todo ello, según su responsable, “sin ningún tipo de ayuda pública”, solo con el esfuerzo de sus padres, impulsores de esta iniciativa. “Durante cuatro años esta ONG ha ayudado a miles de personas y lo ha hecho sólo con poco más de 400 euros mensuales procedentes de la suma de las pensiones no contributivas de mis padres”. La situación actual en la que se encuentra La Despensa es desesperada, “mi madre falleció hace un mes, mi padre está ingresado en la unidad de paliativos del hospital y sólo contamos con 100 euros para continuar con nuestra labor”, relata el responsable de la ONG. Gutiérrez se muestra desesperanzado con una situación a la que ha llegado dice, después de que “todas las instituciones nos hayan pedido ayuda y ahora que somos nosotros quienes la necesitamos, miran para otro lado”.
Gutiérrez señaló que pase lo que pase “continuaré con la labor iniciada por mis padres y pido perdón a aquellas personas a las que no puedo ayudar pero quiero que sepan que si no es hoy, será mañana pero aunque sea debajo de un puente lo haré”.