LA PALMA >

Entre el Atlántico y el Caribe

Trajes de indianos, muestra de la cultura cubana que regresó a La Palma e impregnó a la Isla Bonita, en un viaje de ida y vuelta. | DA

DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

La íntima relación entre La Palma y Cuba arrastra, además del intenso entramado cultural que ha tejido esta alianza en un continuo viaje de ida y vuelta que ha enriquecido sendas sociedades, el trauma del suelo patrio que carece de oportunidades para dar una salida digna a sus hijos. Un fenómeno que vuelve a ocurrir en nuestro presente y obliga a mirar más allá del océano, en busca de otra tierra de promisión como hicieron nuestros antepasados. Cara y cruz de la emigración canaria a Cuba que, como la describió el periodista palmero Carlos Fuentes en su obra Los últimos de Cuba, “es el guión infinito de una gran tragicomedia”.

En estas fechas es cuando en la La Palma se pone más que nunca de manifiesto la estrecha vinculación entre la Perla del Caribe y la Isla Bonita, con la próxima celebración de Los Indianos, un festejo que consagra un homenaje a los palmeros que decidieron en su momento cruzar el Atlántico para buscar un futuro más esperanzador y, en cierta medida, una burla elegante contra las ínfulas de los que regresaban de hacer las Américas presumiendo de fortuna.

El antiguo baúl y la maleta han sido dos de los signos permanentes en la emigración canaria. | DA

Pero la presencia de esta huella cubana en La Palma es todavía más profunda y destila por diferentes elementos de la cultura insular, gracias a esa estrecha relación que se hizo más intensa a finales del siglo XIX, cuando experimentó un importante repunte el proceso migratorio. Por ese época, se barajan cifras como que desde mediados del siglo XIX hasta el año de la Independencia (1898), emigraron alrededor de 1.168 palmeros a América, algo más del 18% de la población total de la Isla, y de estos un 98% a Cuba.

Los isleños, como se conocía a los canarios que emigraron a Cuba, se “afanaron en las vegas de tabaco en Pinar del Río y en los campos de caña de azúcar de Oriente; en la agricultura de la región central compartida también con el cultivo tabaquero y en el comercio de las principales ciudades, como en La Habana”, según relata el periodista palmero Juan Carlos Díaz Lorenzo. En la música, la influencia es patente. Basta con echar un vistazo a los grupos de música que se han formado en La Palma en la última década, para darse cuenta de la proliferación de los conjuntos de son cubano. También es llamativa la pervivencia del punto cubano, que tiene en Tijarafe una de sus principales mecas.

En un trabajo etnográfico de Manuel Hernández Cabrera y Juan José Santos, destacados miembros de la Asociación Cultural Echentive, de Fuencaliente, aseguran que este género “nace con el emigrante canario a Cuba, porque tiene claros elementos de las dos culturas, el canario aporta la estrofa, coplas de cuartetos y la décima espínela y el cubano aporta el son; el canario el berberisco laúd y el cubano las claves”.

Con todo, el hallazgo más llamativo de este trabajo fue la recuperación de la llamada Danza de la Viejas Solteronas, que surgió “como consecuencia de la masiva emigración a América, principalmente a Cuba, de la mayoría de los jóvenes palmeros.

La antigura Rambla de Cuba. | DA

A mediados del siglo pasado el número de mujeres en edades fértiles era el doble que el de varones. Esto provocaba un gran número de mujeres solteras y de mujeres casadas sin el marido presente. La danza viene a ser un lamento irónico sobre la falta de varones en la Isla”.

Así explicaban estos autores una situación que tuvo tintes dramáticos desde el punto de vista social para tantas mujeres en La Palma por el proceso migratorio, que fue descrito en toda su crudeza por la Cronista de Los Llanos de Aridane y actual consejera insular de Cultura, María Victoria Hernández, con esa formulación tan desoladora de “ni solteras, ni viudas, ni casadas”. Una descripción tan cruda como acertada la de esta investigadora, cuya sensibilidad social le llevó a divulgar el drama callado que tantas mujeres sufrieron en silencio en la Isla durante las décadas en la que la emigración era mayoritaria. En el urbanismo también ha dejado huella esta influencia de Cuba sobre la isla de La Palma. Una realidad que trata de dar a conocer o rescatar una pequeña pero elegante exposición que se celebra en estas fechas en la Casa Salazar de la capital palmera titulada: La rambla de Cuba: una calle para la metrópolis económica palmera.

El acontecimiento central de la muestra recuerda que en 1906 varios palmeros emigrados a Cuba, encabezados por Luis Felipe Gómez Wangüemert, presentaron al Ayuntamiento de la capital palmera la propuesta de denominación que rendía tributo a los históricos lazos que unían La Palma con la Perla del Caribe. Así, la actual avenida de El Puente llevaría por un tiempo el bello nombre de la Rambla de Cuba, una denominación por la que hoy en día todavía hay quienes abogan, convencidos de que la comparación no resistiría el más mínimo escrutinio.

La Recova es un elemento central de la por entonces Rambla, destacando así el aspecto comercial de la vía. Además, la presencia de las palmeras reales, cuyo porte y altura marcaban el perfil estético de los espacios públicos de Santa Cruz de La Palma a mediados del XIX. La exposición la completa una muestra fotográfica de Selu Vega.

Reinaldo Martín, presidente de la entidad. | J. RODRÍGUEZ (ACFI PRESS)

[apunte]

Los cubanos crean por primera vez una asociación

Acaba de nacer en La Palma la primera asociación de cubanos (Asocuba) que ha existido en la Isla y que preside Reinaldo Enrique Martín Cabello, quien destacó que el colectivo de personas de este país que residen en la Isla alcanza las 2.000 personas.

Reinaldo Martín, nieto de canario, lleva algo más de dos años viviendo en La Palma y se hizo ciudadano español a raíz de la Ley de Memoria Histórica. En el momento de venir a España era presidente de la Asociación Canaria de Santo Espíritu, en el mismo centro de Cuba. Además, trabajó muchos años en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, donde atendía a los grupos de canarios que viajaban a Cuba. Esa cercanía fue la que le animó a venir a La Palma.

Su familia se ha dedicado a la agricultura y a la ganadería. “Mi abuelo, Gregorio Martín,que procedía de Los Sauces, llegó a tener 200 yuntas de bueyes, que las domaban de noche, bajo la luna, para no perder el día”.

“Trabajaban mucho, se querían mucho y se respetaban mucho”, recalca Reinaldo sobre la relación entre su padre y su abuelo.
“Los canarios fueron en todo momento muy útiles, la mayoría se dedicó a la agricultura, el tabaco en especial, y la ganadería”, comenta. Hoy en día, su padre mantiene y trabaja la finca.

Una de los retos que se ha planteado esta asociación de cubanos que acaba de nacer en La Palma es la recuperación del vuelo directo que existía entre Canarias y Cuba, mejorando así las comunicaciones.

[/apunte]