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Fallece el arquitecto tinerfeño José María Rodríguez-Pastrana

SANTIAGO TOSTE | SANTA CRUZ DE TENERIFE

José María Rodríguez-Pastrana. | DA

El mundo de la arquitectura sufrió ayer una gran pérdida. El arquitecto tinerfeño José María Rodríguez-Pastrana Malagón, uno de los artífices en situar la creación arquitectónica de las Islas en el panorama internacional, falleció a los 59 años tras una larga enfermedad. Su entierro será hoy, a las 12.00 horas, en el tanatorio de Santa Lastenia.

Junto a Felipe Artengo, Pastrana fundó en 1979 un estudio que con su primer trabajo relevante, la Gasolinera Texaco, ganó el I Premio Regional Manuel de Oraá (1982-1983). Luego llegarían otros cinco, que se sumaron a múltiples reconocimientos regionales, nacionales e internacionales. En 1981 se incorporó Fernando Martín Menis, con el que crean en 1994 AMP Arquitectos, que Menis dejaría en el año 2004. Hasta hoy, del estudio AMP han salido obras como las de Presidencia del Gobierno de Canarias en Tenerife, el Espacio Cultural El Tanque o Magma Arte & Congresos. Precisamente, Felipe Artengo se halla estos días en Arabia Saudí, pues el año pasado AMP ganó el concurso para diseñar un edificio multifuncional en Riyadh.

Federico García Barba, presidente del Colegio de Arquitectos de Canarias en la Demarcación de Tenerife, mostraba ayer su pesar por la muerte de Pastrana, con el que compartió estudios y luego trabajó. “Su capacidad como arquitecto y organizador le hicieron formar parte de un equipo ganador, como muestra el hecho de que AMP sea hoy una referencia internacional

Imagen de archivo del edificio de Presidencia. | DA

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José Pastrana, gracias
Por Javier Pérez-Alcalde

Tratándose de él, no podía ser de otra manera. Difícil prever una despedida más elegante: como una última broma, José Pastrana se ha ido un 29 de febrero y, del mismo modo que su curiosidad infatigable siempre le tuvo dando saltos de un sitio para otro, nosotros habremos de homenajearlo danzando entre años bisiestos.

Pero más acá de esa postrera ironía, no nos será posible evitar recordarlo cada día. Como arquitecto aventajado deja una impronta seminal en la arquitectura española pero, por encima de todo, como persona inquieta y familiar, simpática y extrovertida, nos lega el eterno regalo de haber pasado por nuestras vidas, de habernos regalado su talento, su agudo humor y sus carcajadas de sonoridad contagiosa. Jose Pastrana, con la seguridad personal que suelen tener los elegidos, era tan divertido con sus amigos como riguroso y luchador en su trabajo. Trabajador generoso e iconoclasta convencido, Jose fue un tipo genial cuya creatividad lo impulsaba tanto a descubrir nuevas formas como a dudar de lo consolidado. Y así, esa rebeldía escoltada por su fina inteligencia, le hizo destacar rápidamente en un panorama profesional canario, por entonces de una aridez desértica solo verdeada puntualmente por muy contados colegas que le precedieron.

Gracias a personas como él todos crecimos un poco: en la profesión que honró y en la vida, que se comió a bocados amplios y decididos. Tan original e inconformista, su rebeldía nos señala parte del camino, y así, por muy tristes que nos sintamos, por muchas lágrimas que caigan, también es grato recordar la alegría dichosa de su risa y agradecer su arrojo y su espontaneidad luminosa. Gracias muchas, amigo, y todos los besos del mundo para Bea, Laura y Marcos: su energía se prolonga en ellos y, confío, algo nos seguirá tocando.

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