Muchos tachan al pueblo americano de consumista y derrochador, sin embargo hay quienes ven en su actitud la respuesta más efectiva a la crisis. Frases como “hay que ahorrar”, “la cosa está fatal” o “yo antes lo hacía pero ahora que va” las escuchamos a diario en España. Estas acciones fomentan el efecto dominó: yo no compro en la tienda del barrio, ésta despide al empleado que tiene desde hace años, este empleado en paro ya no deja a su hijo en la guardería en horario laboral, con 10 niños menos despiden a uno de los cuidadores del centro, éste a su vez deja de ir al gimnasio porque no puede pagarlo, el gimnasio quita a dos entrenadores… y así sucesivamente.

Evidentemente, la situación no es fácil. Pero los americanos saben que el cambio comienza por uno mismo; por ello, en lugar de pensar en no gastar, trabajan para averiguar cómo ganar más dinero y mantener así su ritmo de vida. Les pongo un ejemplo concreto: mi vecino está constantemente comentando que Miami ya no es lo que era, que antes se movía más dinero etcétera, pero, sin embargo, y a pesar de tener cortadora de césped, sigue pagando 30 dólares semanales para que una empresa le arregle la entrada de la casa. Tiene claro que, si el jardinero se va al paro, tarde o temprano terminará repercutiéndole a él en su puesto de vendedor de automóviles. Les confieso que al principio no entendía nada. Yo es que soy más de las de guardar y gastar lo menos posible en momentos difíciles…, pero, poco a poco, veo los resultados, y me convencen.

Otra de las fórmulas para mantener el consumo activo es el cambio constante. No pasan más de dos meses sin que haya un evento a celebrar que hace que los supermercados y comercios en general cambien de color. Las marcas no dejan de innovar ofreciendo al cliente productos aparentemente diferentes, pero que al final resultan ser los mismos. Ejemplo de ello son los chocolates M&M’s, que cambian de envoltorio varias veces al año. Envasado especial de Navidad con gorritos de Santa Claus y de color rojo y verde, otro para el día de los enamorados, donde el rojo, el rosa y los corazones predominan, Halloween no se libra de tener su protagonismo en el mes de octubre. ¡Movimiento! No dejan que el consumidor se aburra siempre hay algo nuevo que probar. En España cambiar de coche se puede convertir en una pesadilla, que si la ITV en regla, que si el traspaso, que si vamos a firmar a tráfico, que si los papeles tardan de una semana a 15 días. Aquí la matrícula del vehículo pertenece a la persona, eso significa que puedes ir al concesionario elegir un coche y el mismo día salir con él. Si la venta es entre particulares, una simple firma en el “título de propiedad” es suficiente. La gente no cambia de automóvil porque sea más barato; lo hacen porque es fácil, rápido y eficaz. Este país me ha enseñado que en lugar de vivir pendientes de lo que otros pueden hacer por ti, es mejor empezar a hacer los cambios tú mismo.