La política se ha convertido en los últimos años en una actividad excesivamente desprestigiada en la que los errores y malas mañas de unos pocos se han extendido a todos. Diariamente, oímos noticias que nos hablan de casos de corrupción, mal uso del poder y demás acciones que han llevado a la población a dejar de creer en sus representantes. Da igual que no sean todos los representantes públicos los que han hecho mal su trabajo, la mala fama se extiende y hace que se olvide a todos esos alcaldes, presidentes de cabildo, consejeros y diputados que sí están al lado de sus ciudadanos.

Por este motivo, quiero destacar la actitud del alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, que el martes, desde muy temprano, salió a la calle para estar al lado de los operarios de limpieza encargados de dejar la ciudad impoluta después de la celebración de Los Indianos.

Allí estuvo, al lado de sus conciudadanos, ayudándolos en el duro trabajo que tenían por delante para dejar la ciudad a punto para que los turistas de los dos cruceros que esperaban en el puerto pudieran disfrutar de ella tal y como es todos los días. Acciones así me recuerdan al concejal Guzmán, de mi pueblo, San Andrés y Sauces, el primero en salir a la calle después de las fiestas para estar al lado de los trabajadores que incrementaban esos días su esfuerzo para que todo estuviera perfecto. Acciones así demuestran que existe otro tipo de representantes públicos, unos representantes que por encima de todo están para servir a sus ciudadanos.