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La hora de los hoteleros > Salvador García Llanos

Reinventar la oferta hotelera. A ver si cunde la idea, principalmente entre quienes deben asimilarla y llevarla a la práctica, esto es, los propietarios y compañías de los establecimientos. La han parido entre la patronal hotelera, Ashotel, y el Consorcio para la Rehabilitación Turística del Puerto de la Cruz que parece empezar a moverse con resultados operativos, los mínimos como para intentar salir del marasmo. Lo hemos repetido hasta la saciedad: es la última oportunidad para una ciudad con ansias de revitalizar su oferta turística pero con enormes limitaciones, no solo económico-financieras sino también de tipo anímico: el carácter acomodaticio de muchos emprendedores, la falta de un relevo generacional y de recursos para mantener niveles de competitividad así como la convulsión político-institucional de los últimos años más la carencia de ideas y la escasa capacidad de gestión han propiciado un estancamiento del que se quiere salir.

La patronal turística, pues, y el Consorcio han suscrito un convenio de cooperación a uno de cuyos programas han puesto título: Nosolocamas: modelos para la renovación, con el fin de diseñar y llevar a la práctica innovaciones viables en el negocio turístico, de modo que favorezcan los planteamientos empresariales en orden a mejorar los atractivos de los establecimientos, especialmente para intentar captar segmentos determinados de clientes y contribuir a fortalecer de paso la condición de destino turístico diferenciado.

A la espera de la debida concreción que permitirá evaluar más detalladamente el alcance y la dimensión de los contenidos del programa, hay que incidir en el interés con que los hoteleros deben tomarse esta iniciativa. Por primera vez en mucho tiempo, la pelota está en su tejado. Y no tienen excusas. Hasta ahora, entre la desidia y el escepticismo, la resignación y el recurrente descanso de responsabilidades en el poder público, han ido escapando. Ahora les toca. Aunque ya han dejado caer que se necesitan mecanismos de financiación para traducir los proyectos y así se lo han hecho saber al ministro del ramo. Vale, pero no empecemos con adversativas, disculpa perfecta para no hacer nada y seguir anquilosados. O entienden que han de mojarse o la teoría no servirá absolutamente de nada. O aprovechan la coyuntura de afluencia sostenida durante el pasado año o dentro de nada seguiremos escuchando el lamento del hotelero.

El Nosolocamas es muy revelador en sí mismo: se trata de ofertar algo más. Cultura, recreo, fiestas, deportes, gastronomía, etnografía… algo con lo que motivar la estancia del visitante, hacerla más amena, instructiva y agradable. Incluso para lograr que la relación calidad-precio mejore y sea más ajustada.

El Puerto reúne características para tener ese producto diferenciado que le situó en los primeros niveles de competitividad cuando esta palabra ni siquiera era empleada. Hay que pasar de estar dormidos en los laureles al ejecutivo emprendedor y espartano para seguir captando y fidelizando clientela a base de cualificar e innovar, los mismos términos que venimos utilizando desde hace años y que, por fin, parece que son tenidos en cuenta.