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La Policía de las carencias > Sergio García de la Cruz

La semana pasada nos dejó la triste noticia de la perdida de tres policías del Cuerpo Nacional de Policía en La Coruña. El mar tristemente les ganó la batalla. Con pesadumbre escribo estas líneas, pero también con rabia.

Ya en mí articulo del 23 de enero hacía mención a lo caro que nos pueden costar las imprudencias de otros, pero también a la falta de medidas informativas o de control, insuficientes a veces por parte de las autoridades, y que pueden desembocar en grandes tragedias. En este caso han sido pérdidas humanas, un final trágico para todos.

Bajo una alerta naranja se produjeron los hechos. Declarada ésta, el tiempo es peligroso, con fenómenos meteorológicos inusuales con probabilidad de que se produzcan daños materiales o accidentes, o en los que hay que estar atentos y mantenerse informado regularmente de las condiciones meteorológicas previstas, así como de los riesgos que pudieran ser inevitables y siempre siguiendo los consejos dados por las autoridades.

Gran parte de las intervenciones que realiza el CNP están basadas en el auxilio. Al año se contabilizan más de 200.000 servicios asistenciales. Su distribución en las ciudades y su capacidad de desplazamiento hacen que sean los primeros en llegar al lugar de los hechos. Algunas veces llega una patrulla y sólo esa, sin posibilidad de contar con más ayuda. Y ahí se encuentran dos policías que tienen que hacer frente, ellos solos, a multitud de incidentes de distintos niveles y grados de dificultad y para ello cuentan con sus manos y poco más.

Los miembros de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se enfrentan todos los días a la insuficiencia de medios. Sí, porque con el mínimo material no se puede atender el quehacer diario que, por cierto, es muy variopinto, -como si los componente de la patrulla policial fueran una especie de MacGyver. Y en esas condiciones han de ayudar a los buenos y acabar con los malos sólo usando su inteligencia. La colaboración ciudadana siempre juega una labor importante en las intervenciones policiales. Muchos se prestan a ayudar, el sentimiento de solidaridad está patente desde los que te prestan una linterna hasta una cuerda. Porque si muchas veces ni de linternas disponen los vehículos policiales, pretender tener un material básico de rescate o una simple cuerda es toda una utopía. No, no disponen de nada, ni siquiera de una caja de herramientas o de un botiquín, algo tan indispensable.

El policía de su bolsillo hace el desembolso, él mismo se compra: una linterna, unos guantes, un kit de herramientas, una navaja, etc., todo aquello que necesita para ejercer su labor con la máxima seguridad para él y el ciudadano y, con la mayor profesionalidad, todo aquello que su bolsillo le permite y de lo que la Administración no le surte.

* Experto en Seguridad Ciudadana