Los tomateros canarios piden que “las cartas queden boca arriba”

ESTEBAN DE ARMAS | Tenerife

El sector tomatero canario sabe que no puede perder el tiempo en lamentaciones. Se ha adelantado al desenlace, al escenario adverso que se confirmó la pasada semana mediante el acuerdo UE – Marruecos que aprobó el Parlamento Europeo.

De nada han servido las denuncias y críticas por el fraude, reiteradamente comprobado, que se detecta en las aduanas de la UE y del que se tiene constancia de que sólo en la zafra anterior superó los 15 millones de euro.

El Plan Estratégico para el Sector Tomatero Canario que diseñó el sector junto a la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, que respaldó el Parlamento Autónomo y que fue aprobado por el Gobierno Español y homologado por la UE, surge como respuesta al desarme arancelario que se venía aplicando a Marruecos desde el año 2000 y que llega a su culminación en el presente año.

Los tomateros isleños, con tiempo y sin pausa, han diseñado un marco jurídico para que la nueva situación encuentre su encaje.
Francisco Mesa, presidente de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Tomates de Tenerife (Aceto) señala que es “similar al que se estableció en 1987 a instancias de los productores holandeses y franceses, como respuesta al ingreso de España en la UE. Los agricultores respondieron aumentando su producción por metro cuadrado para así poder competir.”

Domingo Mendoza, gerente de Aceto, entiende “que no hay marcha atrás y que se debe exigir que las cartas sean iguales y queden boca arriba. Pedimos seriedad a la Administración y que se pronuncie diciendo si el Plan tiene o no futuro, para saber a que atenernos. No podemos seguir con los retrasos en la compensación al transporte, con la inseguridad en su aplicación como nos hizo saber en Madrid estos días la secretaria general de Fomento, y pendientes de cobrar la ayuda del Posei del año 2010 sin que se complete la ficha financiera”, dijo Mendoza.

Al igual que otros productores Hernán Cortés ha mejorado sus invernaderos, proceso que implica un desembolso no inferior a los 150.000 euros por hectáreas.

“Queremos mantener la exportación en 150 millones de kilos/año, reduciendo la superficie que pasa de 1.500 a 900 hectáreas. Sabemos lo que tenemos que hacer y trabajamos para conseguirlo. Hemos estado en la Fruit Logística de Berlín, y en Londres para mejorar los transportes”, recuerda.