Ignoro cómo demonios los autores de X-Men Legacy han calzado la acción de su último número en el Puerto de la Cruz, en Punta Brava para ser más concretos, pero maldita sea, qué ideaca se han sacado.

Ya que andamos como locos buscando formas de revitalizar el turismo en el Norte, no veo por qué el turismo de comics no vaya a ser una buena alternativa.

Haría falta mucha persuasión para convencer a Marvel y a DC de que sus superhéroes se den un garbeo por la Isla.

Quizás los seguidores más acérrimos de Superman no entiendan qué pinta en Casa Tomás echándose un plato de costillas, y no te digo el difícil encaje de Spiderman en la romería de Tegueste, pero en fin, si a los fans del cómic les cuadra que se desplace soltando telas de araña, no veo por qué esto no habría de colar.

Los mismos parajes que albergaron el rodaje de parte de Furia de Titanes pueden ambientar la lucha a muerte entre Iron Man y el malvado doctor Ultraperiférico (siempre y cuando los chicos de El Supositorio quieran llegar a un acuerdo con la editorial).

Y por salirnos de la rutina, que eso de estar salvando el mundo cada dos por tres tiene que ser agotador, tal vez podría dedicarse un número a las vacaciones de Hulk en un hotel familiar del Sur, con sus excursiones a ver delfines y todo. Si ya lo estoy viendo: “Hulk versus la planta alojativa obsoleta”.

Si ideas hay, lo que falta son ganas.