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Condenado a 30 años de cárcel el hombre que roció la cara de su expareja con ácido

EFE | Bruselas

Richard Remes, de 57 años, fue condenado hoy a 30 años de cárcel, la máxima pena prevista, por haber rociado la cara de su expareja con ácido sulfúrico, ataque que desfiguró por completo el rostro de la víctima y le provocó secuelas psicológicas.

El tribunal tuvo en cuenta los argumentos de la fiscalía y la acusación particular, que pedían que la agresión fuera considerara un intento de asesinato.

Remes “impuso a Patricia Lefranc la muerte social (…). Está condenada a perpetuidad, como ella misma dice. Pienso que 30 años de cárcel están justificados”, señaló el fiscal tras conocer el veredicto del Tribunal.

El fiscal se refirió a la agresión “salvaje, premeditada, organizada a sabiendas de los efectos devastadores del ácido”, y apuntó al carácter manipulador del responsable del ataque, que “considera al resto de personas objetos”.

En el último día del juicio, la defensa pidió al tribunal que tomara en consideración varias circunstancias atenuantes, y recordó la condición de Richard Remes como “padre de cinco hijos y abuelo de siete nietos”.

“Emitan un veredicto que sea un mensaje. Díganle que creen, aunque sea un poco, en el ser humano que hay dentro de él”, pidió la abogada.

Por su parte, Remes insistió en su última declaración en que nunca tuvo intención de matar a la víctima.

Los hechos ocurrieron el 1 de diciembre de 2009, en la entrada del edificio donde residían Patricia Lefranc, de 46 años, y su agresor, que mantuvieron una relación entre enero y septiembre de ese año.

Los daños causados fueron de tal gravedad que la víctima ha tenido que someterse desde entonces a más de 80 operaciones y ha perdido la vista de un ojo, una oreja y un dedo.

Durante el juicio Remes aseguró que solo pretendía “dar un susto” a su ex pareja.