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El corazón de la economía

Puerto de Santa Cruz de La Palma. | DA

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

El puerto de Santa Cruz de La Palma, el indicador más fiable de la actividad económica de la Isla, y durante el siglo XVI uno de los más importantes por su situación estratégica como puerta de salida y entrada en el comercio con América junto con Amberes y Sevilla, acusa desde hace cinco años descensos en sus movimientos comerciales que son “coyunturales”, según la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife. Para la patronal palmera, estas mermas, de más del 22% en el traslado de contenedores, revelan “una situación complicada de la que sólo saldremos una vez dejemos atrás la crisis y siempre y cuando se mantengan las ayudas al sector platanero, el único producto que nos permite seguir manteniendo la capacidad exportadora de La Palma”.

Pese a que desde el Centro de Iniciativas Turísticas, su presidente Antonio Sosa Rodríguez defiende la actividad turística como respuesta a la recuperación de la actividad productiva del puerto capitalino -que vincula directamente con la posible construcción de los campos de golf de Los Llanos de Aridane y de la Pavona Golf, en Breña Alta- para el presidente del Consejo de Usuarios del Transporte y miembro de Cepyme La Palma, Juan Manuel Guillén, “el aumento del tránsito de pasajeros, con el desarrollo turístico de la Isla, avanzará, pero no es la única respuesta para recuperar la actividad del puerto”.

Guillén subraya que “de forma progresiva se han ido perdiendo lineas directas de trasbordo con los puertos peninsulares”, un factor que se vio precedido por la merma del cabotaje entre islas, motivado por el parón de la construcción y un significativo descenso de la demanda de materiales de consumo”. El centro neurálgico de la actividad económica insular ha experimentado en las últimas dos décadas importantes cambios en el marco de “una transformación absoluta, fundamentalmente desde hace cinco años y tras la construcción de la vía exterior, que modificó la configuración del puerto con unos beneficios operativos muy importantes que han dado mayor relevancia a la infraestructura más importante de la Isla”.

Pese a los malos datos que arroja el año 2011 para la actividad del puerto de Santa Cruz de La Palma, las expectativas de futuro son “de estabilidad”, teniendo en cuenta que “el tráfico de mercancías en general registra descensos que no son importantes a la vista del marco actual de crisis y en comparación con otros puertos del Archipiélago. Los datos no nos deben llevar al pesimismo, sino a defender una posición de continuidad y equilibrio”, explican desde la Autoridad Portuaria.

Mientras tanto, el presidente de la delegación palmera de la Cámara de Comercio en la provincia tinerfeña, Mauro Fernández, se muestra optimista en su análisis de la situación en base al segmento temporal del último trimestre de 2011, periodo en el que “mejoraron la mayoría de los índices, aunque sigue descendiendo la carga”. Estima que “estos malos datos son un elemento más dentro del contexto de la crisis que atravesamos, aunque estoy convencido de que en los próximos meses veremos una progresión”. Fernández llevó al último pleno de la Cámara de Comercio la propuesta de “ampliar el dique del puerto de Santa Cruz de La Palma para conseguir una mayor frecuencia en la llegada de cruceros y aprovechar la dinámica económica que eso genera”, una propuesta que respalda Cepyme y el Centro de Iniciativas Turísticas, aprobada por unanimidad de los miembros del plenario de la Cámara de Comercio que darán traslado del acuerdo a la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife y que implica, caso de llevarse a cabo, una potente inversión. En este paréntesis económico, a la espera de nuevas obras que dependen de la financiación estatal y regional y que se sumarían a las ya realizadas 17 años atrás con dos pequeñas prolongaciones del dique de atraque, y una tercera llevada a cabo hace cuatro años, el puerto sigue esperando dar salida a una producción agrícola que permitiría un aumento considerable de su actividad, supeditada ahora al embarque de la producción platanera y de agua embotellada.

[apunte]En cifras, el puerto experimentó el pasado año 2011 un descenso del 6,38% en el transporte de mercancías generales, pasando de las 609.503 toneladas del año 2010 a las 570.630 registradas al término del pasado año, dato que según el último informe de la actividad portuaria es más acusado en los graneles sólidos, que bajan un 24,1%, y que sólo aumenta en el transporte de camiones y furgonetas, que crecieron un 2,5%. En este recuento general, también experimenta un aumento el tráfico de buques, que creció un 6,9%, mientras que el tránsito de pasajeros perdió un 1,98% con respecto a 2010. Antonio Sosa, vinculado a la actividad portuaria desde hace 50 años, subraya que “hemos registrado datos negativos en todos los segmentos como consecuencia de la crisis y de los descensos de la construcción, que están paralizados”. Añade que “la exportación de plátanos ha bajado, pero gracias al transporte y la frecuencia de traslado a los tradicionales puertos peninsulares ha permitido una comercialización aceptable”.
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