Cuerpo a cuerpo y a base de músculo. Así derrotó el CD Tenerife al Castilla. Ganó el físico, como dicen muchos futbolistas cuando en el microciclo semanal de la programación de trabajo toca la parte de preparación física. Los blanquiazules, a medida que pasaban los minutos, se fueron p’arriba, mientras el filial madridista se quedaba sin gasolina, y acabando más fundido que el micrófono del bueno de Pepe Benavente en Carnavales. A medida que las semanas vayan pasando, jugar en el Heliodoro con el solajero y la calufa pegando duro convertirá al recinto capitalino en un infierno para los visitantes y ahí podría estar una de las claves para superar las eliminatorias de ascenso. Y es que todo vale como comprobaron los espectadores del Canal Teledeporte y que en la noche del viernes pudieron ver el partido que en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 enfrentó en la lucha por el bronce de balonmano a España y la Yugoslavia de entonces y, ¡claro!, saben en quién se centró el reportaje sobre la estrella del partido que ganó La Roja: sí, Iñaki Urdangarin Liebaert, duque consorte de Palma de Mallorca. ¿Casualidad?, ¿justicia deportiva? o, quizás, ¿lavado de imagen? ¡Vaya usted a saber!
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El músculo y el Duque, por Álvaro Díaz publicado por Ricardo Herrera →