Definitivamente, algo ha cambiado respecto al puerto de Granadilla

Esta columna explicaba ayer que uno de los requisitos impuestos por las autoridades españolas y europeas para dar su visto bueno al inicio de las obras del futuro puerto de Granadilla, concretamente la colocación de un baipás (by-pass, en inglés) para paliar los cambios en la decantación de arena, se basaba en estudios que no correspondían a la realidad de la costa de Granadilla. Felizmente, la decisión de situar a un científico -Antonio Machado Carrillo- al frente del Observatorio Ambiental de Granadilla ha impedido que el error llegase a minar las arcas públicas. Un informe encargado a especialistas cántabros abre un abanico de nuevas soluciones, pero para poder llevarlas a la práctica sin acabar de nuevo ante la Justicia hay que consultar otra vez a las autoridades.

El Observatorio lo tiene clarísimo, oiga

Aunque la planificación de esta infraestructura es la historia de un disparate (sólo así se explica que, con el apoyo institucional recibido lleve décadas esperando por el inicio de los trabajos), detectar el craso error del baipás ya es de por sí un síntoma claro de que algo ha cambiado. En la misma línea, el informe anual del Observatorio aconseja inequívocamente que, “además de las pertinentes autorizaciones que se requieran en España, el OAG considera que la solución que se busque ha de ser comunicada a la Comisión Europea para su aprobación ya que, aunque se respeten los fines y objetivos perseguidos -que es lo esencial-, ello supone una modificación de lo expuesto y pactado”.

Y pide más estudios

En su informe, el OAG pide más estudios sobre los sebadales y sobre el mäerl, unas algas calcáreas cuyo papel en la formación de arena ha sido hasta ahora ignorada. Mejor escribir despacio y bonito que seguir con renglones torcidos…